Los trabajos que se realizan bajo presión de tiempo, especial- mente si son poco cualificados y monótonos, van acompañados por una sensación de fatiga general que, a su vez, puede originar quejas de molestias visuales. En el laboratorio del autor, se observó que las molestias visuales aumentaban en función del número de cambios de acomodación que los ojos necesitaban realizar para el desempeño de la tarea. Esto era más frecuente en las tareas de entrada de datos o tratamiento de textos que en las tareas que involucraban un diálogo con el ordenador. Las tareas sedentarias que son y proporcionan pocas oportunidades para el desplazamiento también proporcionan menos oportunidades para la recuperación muscular y aumentan, por lo tanto, las molestias visuales.
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