domingo, 27 de octubre de 2013

TRASTORNOS MUSCULOSQUELETICOS


Los operadores de PVD describen con frecuencia problemas musculosqueléticos en el cuello, los hombros y las extremidades superiores. No se trata de problemas exclusivos de los operadores de PVD, sino que también los refieren otros trabajadores que realizan tareas repetitivas o que requieren mantener el cuerpo en una postura fija (carga estática). Las tareas que conllevan el uso de fuerza también se asocian frecuentemente con problemas musculosqueléticos, pero estas tareas no son generalmente un problema de salud y seguridad importante en el caso de los operadores de PVD.
Entre los trabajadores de oficina, cuyo trabajo es por lo general sedentario y no suele estar asociado con un estrés físico,

la introducción de las PVD en los lugares de trabajo hizo que los problemas musculosqueléticos relacionados con el trabajo adqui- riesen mayor relevancia. Un aumento de tipo epidémico de los problemas registrados a mediados del decenio de 1980 en Australia y, en menor grado, en Estados Unidos y el Reino Unido a principios del decenio de 1990, ha dado lugar a un debate sobre si estos síntomas tienen una base fisiológica y si están o no relacionados con el trabajo.
Quienes cuestionan que los problemas musculosqueléticos asociados con el trabajo con PVD (y de otro tipo) tengan una base fisiológica, generalmente defienden uno de los siguientes puntos de vista: los trabajadores fingen que están enfermos; los trabajadores se sienten motivados inconscientemente por las diversas ventajas secundarias, como las pagas compensatorias o los beneficios psicológicos de estar enfermo, conocidos como neurosis compensatoria; los trabajadores están convirtiendo un conflicto psicológico no resuelto o un trastorno emocional en síntomas físicos, es decir, trastornos de conversión y por último, que la fatiga normal se está exagerando desproporcionadamente por un proceso social que cataloga tal fatiga como un problema, conocido como iatrogénesis social. Un análisis riguroso de las evidencias para estas explicaciones alternativas muestra que no están tan bien fundamentadas como las que plantean una base fisiológica para estos trastornos (Bammer y Martin 1988). A pesar de que cada vez hay más indicios de que los trastornos musculosqueléticos tienen una base fisiológica, se desconoce la naturaleza exacta de estos problemas (Quintner y Elvey 1990; Cohen y cols. 1992; Fry 1992; Helme, LeVasseur y Gibson 1992).

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