En la mayoría de las encuestas, las mujeres describen un mayor grado de molestias visuales que los varones. En un estudio reali- zado en Francia, por ejemplo, el 35,6 % de las mujeres se quejaron de molestias visuales, frente al 21,8 % de los varones (nivel de significación estadística p 0,5) (Dorard 1988). En otro estudio (Sjödren y Elfstrom 1990), se observó que aunque la dife- rencia en el grado de molestias entre las mujeres (41 %) y los hombres (24 %) era importante, era “más pronunciada para las personas que trabajaban entre 5 y 8 horas al día que para las que trabajaban de 1 a 4 horas”. Tales diferencias no están necesaria- mente relacionadas con el sexo, ya que las mujeres y los hombres no suelen realizar el mismo tipo de tareas. Por ejemplo, en una planta informática estudiada, cuando tanto las mujeres como los hombres se dedicaban a una tarea tradicionalmente “femenina”, ambos sexos presentaban la misma cantidad de molestias visuales. Por otra parte, cuando las mujeres realizaban tareas tradicionalmente “masculinas”, no mostraban más molestias que los varones. En general, independientemente del sexo, el número de trastornos visuales entre los trabajadores cualificados que utilizan PVD para su trabajo es mucho menor que entre los trabajadores menos cualificados que realizan tareas más agotadoras, como la introducción de datos o el tratamiento de textos (Rey y Bous- quet 1989). Algunos de estos datos se muestran en la Tabla 52.3.
La mayor proporción de molestias visuales se encuentra gene- ralmente en el grupo de edad de 40 a 50 años, probablemente debido a que en esta etapa los cambios en la capacidad de acomodación de los ojos ocurren rápidamente. Aunque se ha observado que los operadores de mayor edad presentan más molestias visuales que los más jóvenes y, como consecuencia, la presbiopía (deficiencias de visión debidas al envejecimiento) suele citarse como el trastorno visual más importante asociado con la incomodidad visual en los puestos de trabajo con PVD, también es importante considerar que existe una fuerte asocia- ción entre la adquisición de habilidades en el uso de las PVD y la edad. Generalmente hoy una mayor proporción de mujeres de más edad entre las operadoras de PVD poco cualificadas, y los varones jóvenes son, a menudo, más empleados en puestos más especializados. Es por esto que, antes de hacer una generaliza- ción sobre la edad y los problemas visuales asociados con el uso de las PVD, sería necesario corregir las cifras considerando la naturaleza del trabajo realizado con la PVD y el nivel de habi- lidad necesarios.
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