jueves, 24 de octubre de 2013

Resumen de los estudios sobre las consecuencias en la reproducción (II)

Se  obtuvieron  las  consecuencias  en  el  embarazo  en  todos  los  casos excepto  en  391  embarazos.  De  esta  cohorte,  460  de  556  casos  de abortos espontáneos (<28 semanas), 137 de 156 casos de malforma- ciones congénitas y 986 de 1.123 controles (correspondientes a uno de cada cinco nacimientos normales en la cohorte original), respondieron a un  cuestionario  postal  retrospectivo  sobre  exposiciones  químico-ambien- tales, incluidos pesticidas y el uso de PVD durante el embarazo. El índice de probabilidades para las mujeres que utilizaron PVD durante más de
20 horas por semana en el primer trimestre del embarazo, ajustado por
11 variables incluidas la edad, los abortos o las malformaciones previas, el consumo de tabaco y de alcohol, fue de 1,8 (IC 95 % 1,2 – 2,8) para los abortos espontáneos y de 1,4 (IC 95 % 0,7 2,9) para los defectos de nacimiento, en comparación con las mujeres que no utilizaron PVD.

En un estudio realizado en la unidad de maternidad de 11 hospitales del área de Montreal durante un período de dos años (1982–1984), se entrevistó  a  56.012  mujeres  sobre  factores  laborales,  personales  y sociales después del parto (51.855) o del tratamiento por aborto espon- táneo (4.127) (McDonald y cols. 1988). Las mujeres también proporcio- naron información sobre 48.637 embarazos previos. Se registraron las consecuencias  adversas  en  el  embarazo  (abortos  espontáneos,  niños nacidos muertos, malformaciones congénitas y bajo peso al nacer) tanto para el embarazo en curso como para los anteriores. La razón entre las tasas observadas y las esperadas se calculó por grupo profesional para los  embarazos  actuales  y  anteriores.  Las  tasas  esperadas  para  cada grupo profesional fueron halladas de las consecuencias en el total de la muestra, y ajustadas por ocho variables, incluidas la edad, el consumo de tabaco y de alcohol. No se encontró un mayor riesgo en las mujeres expuestas a las PVD.
Se realizó un estudio de cohortes en 1.475 mujeres, comparando las tasas de amenazas de aborto, duración de la gestación, peso al nacer, peso de la placenta e hipertensión inducida por el embarazo entre las mujeres que utilizaban PVD y las que no (Nurminen y Kurppa 1988). La cohorte se definió como todos los casos negativos de un estudio previo de   casos-control   sobre   malformaciones   congénitas.   La   información acerca de los factores de riesgo se obtuvo de entrevistas personales. Las razones  de  las  tasas  ajustadas  y  no  ajustadas  para  las  consecuencias estudiadas no mostraron un efecto estadísticamente significativo del uso de las PVD.
Se  realizó  un  estudio  de  casos-control  de  344  abortos  espontáneos tratados  en  tres  hospitales  de  Calgary,  Canadá,  entre  1984  y  1985
(Bryant y Love 1989). Se eligieron dos grupos de controles (314 prena- tales y 333 posparto) entre mujeres que habían dado a luz o que previ- siblemente  lo  harían  en  los  hospitales  del  estudio.  Se  emparejaron  los controles con cada caso basándose en la edad que contaban cuando tuvieron el último período menstrual, el número de partos y el hospital en el  que  se  llevaría  a  cabo  el  parto.  El  uso  de  PVD  en  el  hogar  y  en  el trabajo, antes y durante el embarazo, se determinó mediante entrevista en  el  hospital,  en  el  caso  de  los  controles  postparto  y  de  los  abortos espontáneos, y en el domicilio, trabajo o centro de estudio, en el caso de  los  controles  prenatales.  Se  controlaron  las  variables  socioeconó- micas  y  obstétricas.  El  uso  de  PVD  fue  similar  entre  los  casos  y  los controles   prenatales   (OR=1,14;   p=0,47)    postnatales   (OR=0,80; p=0,2).

En  un  condado  de  California  se  realizó  un  estudio  de  casos-control en   628   mujeres   con   abortos   espontáneos,   identificadas    través de  muestras  enviadas  a  patología,  cuyo  último  período  menstrual  tuvo lugar  en  1986,  y  1.308  controles  con  nacimientos  vivos  (Windham  y cols.  1990).  Los  controles  se  seleccionaron  aleatoriamente,  en  una proporción  de  dos  a  uno,  entre  mujeres  emparejadas  por  la  fecha  del último  período  menstrual  y  por  el  hospital.  Las  actividades  durante  las primeras  20  semanas  de  embarazo  se  identificaron  a  través  de  entre- vistas  telefónicas.  También  se  preguntó  a  las  participantes  sobre  el  uso de  PVD  durante  su  trabajo  en  este  período.  Los  índices  de  probabili- dades  no  ajustados  entre  los  abortos  espontáneos  con  un  uso  de  PVD

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