El parpadeo es el cambio en el brillo de los caracteres de la pantalla en el tiempo y se describe detalladamente en la sección anterior. Cuando los caracteres no se regeneran con suficiente frecuencia, algunos operadores son capaces de percibir el parpadeo. Los trabajadores más jóvenes resultan más afectados puesto que su frecuencia de fusión del parpadeo es más alta que la de las personas de mayor edad (Grandjean 1987). La frecuencia del parpadeo aumenta al aumentar el brillo y este es uno de los motivos por los que muchos operadores de PVD no utilizan habitualmente todo el rango de brillo disponible de la pantalla. En general, una PVD con una frecuencia de regenera- ción de al menos 70 Hz se “ajusta” a las necesidades visuales de gran parte de los operadores de PVD.
La sensibilidad de los ojos al parpadeo aumenta con el incremento del brillo y del contraste entre el área fluctuante y el entorno. El tamaño del área fluctuante también afecta a la sensi- bilidad debido a que cuanto mayor sea el área a visualizar, mayor será el área de la retina que es estimulada. El ángulo con el que incide la luz del área fluctuante sobre el ojo y la amplitud de la modulación del área fluctuante también son variables importantes.
Cuanto mayor sea el usuario de la PVD, menos sensible serán los ojos, ya que con la edad disminuye la transparencia del cristalino y la excitabilidad de la retina. Lo mismo sucede en el caso de personas enfermas. Hallazgos de laboratorio como estos han ayudado a entender las observaciones realizadas en campo. Por ejemplo, se ha observado que el parpadeo de la pantalla molesta a los operadores cuando necesitan leer documentos impresos (Isensee y Bennett, citado en Grandjean 1987), y que la combinación de la fluctuación de la pantalla y de la luz fluorescente resulta particularmente molesta.
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