lunes, 30 de septiembre de 2013

Estudio de caso: La contaminación del aire en Ciudad de México

La zona metropolitana de Ciudad de México (ZMCM) está situada en la cuenca mexicana, a una altitud media de 2.240 metros. La cuenca consta de 2.500 kilómetros cuadrados y está rodeada de montañas, dos de las cuales tienen más de 5.000 metros de altura. Su población total se estimó en 17 millones en 1990. Por estas peculiares características geográficas y dada la escasez de vientos, hay poca ventilación, con una elevada frecuencia de inversiones térmicas, especialmente en invierno. Las más de 30.000 industrias existentes en la ZMCM y los tres millones de vehículos de motor que circulan cada día por ella son responsables del 44 % del consumo total de energía. La contami- nación del aire se vigila desde 1986, midiéndose el SO2, los NOx, el CO, el O3, las partículas y los hidrocarburos que no contienen metano. Los principales problemas en este ámbito se relacionan con el ozono, sobre todo en la parte suroccidental de la ciudad (Romieu y cols. 1991). En 1992 el límite establecido en el país a este respecto (110 ppmm de máximo en una hora) se superó en la zona durante más de 1.000 horas y alcanzó un máximo de 400 ppmm. En la parte nororiental de la ciudad, cerca del parque industrial, se registran niveles elevados de partículas. En 1992, el promedio anual de partículas inhalables (PM ) fue de 140 g/m3. Desde 1990, el Gobierno viene adoptando importantes medidas de control para reducir la contaminación del aire, entre ellas un programa que prohíbe el uso del automóvil un día a la semana (conforme al último número de la matrícula), el cierre de una de las refinerías más contaminantes de las situadas en Ciudad de México y la introducción de la gasolina sin plomo. Con estas medidas se ha conseguido reducir la presencia de varios contaminantes, sobre todo el SO2, las partículas, el NO2, el CO y el plomo, pero el nivel de ozono sigue constituyendo un problema de gran importancia (véanse las Figuras 53.4, 53.5 y 53.6).

Cambio en los niveles de iluminación.

. Desde 1974, se han realizado numerosos estudios que han dado origen a una serie de recomendaciones para reducir la iluminación de los lugares de trabajo. Se han basado principalmente en estudios con pantallas poco satisfactorias. Los niveles recomendados estaban entre 100 lux y 1.000 lux, y en general, se han propuesto niveles muy inferiores a las normas existentes para la iluminación de las oficinas (por ejemplo, 200 lux ó 300 a 500 lux).
Cuando se utilizan pantallas de polaridad positivas con una luminancia de aproximadamente 100 cd/m2 y algún tipo de tratamiento antirreflejo eficaz, el uso de las PVD no limita el nivel aceptable de iluminación y los usuarios aceptan niveles de hasta 1.500 lux , un valor poco frecuente en un área de trabajo. Si las principales características de las PVD no permiten trabajar cómodamente con la iluminación normal de la oficina, como ocurre cuando se trabaja con tubos electrónicos memori- zadores, lectores de microimágenes, pantallas en color, etc., es posible mejorar notablemente las condiciones visuales si se intro- duce una iluminación con dos componentes. El sistema es una combinación de iluminación indirecta de la sala (efecto secun- dario) y de iluminación directa de la tarea. Los usuarios deben poder controlar ambos componentes.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Dióxido de azufre y partículas

Durante la primera mitad del siglo XX, episodios de notable estancamiento del aire tuvieron como resultado un incremento de la mortalidad en zonas donde la combustión de combustibles fósiles producía niveles muy altos de SO2 y PES. Al estudiar sus efectos sobre la salud a largo plazo se han relacionado también con la mortalidad y la morbilidad las concentraciones medias anuales de SO2 y PES. En estudios epidemiológicos recientes se ha sugerido un efecto perjudicial de las partículas inhalables (PM10) a concentraciones relativamente bajas (inferiores a las recomendaciones habituales) y se ha demostrado que existe una relación dosis-respuesta entre la exposición a PM10 y la morta- lidad y morbilidad respiratorias (Dockery y Pope 1994; Pope, Bates y Razienne 1995; Bascom y cols. 1996), como se indica en la Tabla 53.4.

Pantallas de LCD y otros tipos de pantallas pasivas

• Los reflejos en las pantallas LCD tienen menor importancia que en las de TRC, ya que estas pantallas tienen una superficie plana.
• A diferencia de las pantallas activas, las de LCD (sin luz de fondo) pierden contraste con bajos niveles de iluminación ambiental.
• Debido a las características de pobre direccionalidad de la tecnología de algunas pantallas, la visibilidad o legibilidad de los objetos mostrados se reduce de forma significativa si la dirección principal de la luz incidente no es favorable.

Es muy variable el grado en que este efecto produce estrés a los usuarios o reduce la visibilidad, comprensibilidad o legibi- lidad de los objetos visuales en los distintos ambientes de trabajo. Por ejemplo, el contraste de los caracteres alfanuméricos en las pantallas monocromas (TRC) se reduce, pero si la iluminación de la pantalla es diez veces superior a la de un ambiente de trabajo normal, muchas pantallas seguirán mostrando suficiente contraste para permitir la lectura de estos caracteres. En cambio, la visibilidad de las pantallas en color de los sistemas de diseño asistido por ordenador (CAD) se reduce de forma impor- tante, por lo que la mayoría de los usuarios prefieren atenuar la luz artificial o incluso apagarla y, además, evitar la entrada de luz solar al área de trabajo.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Efectos de los contaminantes del aire sobre la salud


Los contaminantes y sus derivados pueden tener efectos negativos al interactuar con moléculas que son decisivas para los procesos bioquímicos o fisiológicos del cuerpo humano o al dificultar su acción. Hay tres factores que influyen en el riesgo de daño tóxico derivado de esas sustancias: sus propiedades químicas y físicas, la dosis que llega a los lugares críticos de los tejidos y la capacidad de respuesta a la sustancia que tengan esos lugares. Los efectos negativos de los contaminantes del aire sobre la salud pueden diferir también en función del grupo de población de que se trate; en particular, las personas más jóvenes y las de edad avanzada pueden ser especialmente sensibles a los efectos nocivos y las que previamente padecen asma u otras enfermedades respiratorias o cardíacas pueden sufrir un agravamiento de los síntomas por la exposición (OMS 1987).

Pantallas de TRC

• La superficie curva de cristal refleja los objetos brillantes del entorno, generando una especie de “perturbación” visual.
• Dependiendo de la intensidad de la iluminación ambiental, se reduce el contraste de los objetos que aparecen en la pantalla hasta el punto de interferir con su comprensibilidad o su legibilidad.
• Las imágenes de las pantallas de TRC en color sufren una doble degradación: en primer lugar, se reduce el contraste de brillo de todos los objetos mostrados, al igual que en una pantalla de TRC monocroma y en segundo lugar, se modifican los colores, de forma que el contraste de color también dismi- nuye. Además, se reduce el número de colores que pueden distinguirse.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Dispersión y transporte de los contaminantes del aire

Los dos factores que más influyen en la dispersión y el transporte de las emisiones de contaminantes del aire son la meteorología (incluidos efectos de microclima como los “islotes de calor”) y la topografía en relación con la distribución de la población. Muchas ciudades están rodeadas por colinas que pueden actuar como barrera para los vientos, de tal modo que la contaminación queda atrapada en ellas. Las inversiones térmicas pueden dar lugar a un problema similar en los climas templados y fríos. En condiciones de dispersión normales, los gases de contaminantes calientes ascienden al entrar en contacto con masas de aire más frías a medida que aumenta la altura. Sin embargo, en determinadas circunstancias la temperatura puede aumentar con la altura, y se forma una capa de inversión que impide que los contaminantes se alejen de su fuente de emisión y que retrasa su difusión. El transporte de la contaminación del aire a largas distancias desde las grandes zonas urbanas puede tener repercu- siones a escala nacional y regional. Los óxidos de nitrógeno y azufre pueden contribuir a que se depositen ácidos en zonas muy alejadas de la fuente de emisión. Las concentraciones de ozono suelen ser altas a sotavento de las zonas urbanas debido al desfase de tiempo que se produce en los procesos fotoquímicos (PNUMA 1991b).






Iluminación ambiental: El papel de la luz ambiente


La luz ambiente en las proximidades de los puestos de trabajo con PVD tiene dos fines distintos. Por una parte, ilumina el espacio y los materiales de trabajo como los documentos, los telé- fonos, etc. (efecto primario) y por otra, ilumina la habitación, haciendo visible su forma y proporcionando a los usuarios la impresión de un entorno luminoso (efecto secundario). Puesto que la mayoría de las instalaciones de iluminación se diseñan siguiendo el concepto de una iluminación general, las mismas fuentes de luz se utilizan para ambos fines. El efecto primario, la iluminación de los objetos para hacerlos visibles o legibles, se hizo cuestionable cuando la gente comenzó a utilizar pantallas activas que no necesitan de la luz ambiente para ser visibles. Así, el beneficio de la luz ambiente se ha reducido a su efecto secundario en los casos en los que la PVD es la principal fuente de información. La luz ambiente afecta negativamente la función de las PVD, tanto de las de TRC (pantallas activas) como de las de LCD (pantallas pasivas), de forma específica:

jueves, 26 de septiembre de 2013

Origen de los contaminantes del aire

Entre los contaminantes del aire más habituales en el medio urbano figuran el dióxido de azufre (SO2), las partículas en suspensión (PES), los óxidos de nitrógeno (NO y NO2, denomi- nados conjuntamente NOX), el ozono (O3), el monóxido de carbono (CO) y el plomo (Pb). La combustión de combustibles fósiles en fuentes estacionarias produce SO2, NOX y partículas, entre ellas aerosoles de sulfatos y nitratos que se forman en la atmósfera tras la conversión de los gases en partículas. Los vehí- culos a motor de gasolina son las principales fuentes de NOX, CO y Pb, mientras que los motores diesel emiten cantidades significativas de partículas, SO2 y NOX. El ozono, oxidante foto- químico y componente principal de la bruma fotoquímica, no se desprende directamente de las fuentes de combustión, sino que se forma en la parte baja de la atmósfera a partir de los NOX y de compuestos orgánicos volátiles (COV) en presencia de la luz solar (PNUMA 1991b). En la Tabla 53.3 se presentan las principales fuentes de contaminantes del aire exterior.



Iluminación ambiental Problemas específicos de los puestos de trabajo con PVD

Durante los últimos 90 años de desarrollo industrial, las teorías sobre la iluminación de nuevos lugares de trabajo se han regido por la idea de que una mayor cantidad de luz mejora la visión, reduce el estrés y la fatiga, y aumenta el rendimiento. “Más luz”, o más correctamente, “más luz solar”, era el eslogan de la gente de Hamburgo, en Alemania, hace más de 60 años, cuando se lanzaron a la calle para pedir hogares mejores y más sanos. En algunos países, como Dinamarca o Alemania, los trabajadores tienen hoy derecho a pedir luz solar en sus lugares de trabajo. La introducción de la tecnología de la información y las primeras PVD en áreas de trabajo, fue probablemente el primer suceso que hizo que trabajadores y científicos comenzaran a quejarse de demasiada luz en las áreas de trabajo. La discusión se avivó por el hecho fácilmente detectable de que la mayoría de las PVD estaban equipadas con TRC, que tienen superficies curvas de cristal con una gran tendencia a mostrar reflejos. Tales disposi- tivos, a veces conocidos como “pantallas activas”, que pierden contraste cuando aumenta el nivel de iluminación ambiental. Ahora bien, no es fácil rediseñar la iluminación para reducir los problemas visuales causados por estos efectos, ya que la mayoría de los usuarios también utilizan fuentes de información en papel, que por lo general requieren un mayor nivel de iluminación ambiental para una buena visibilidad.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA CONTAMINACION DEL AIRE

cesar desde que se inició hace 300 años la Revolución Industrial. Ello se ha debido a cuatro factores principales: una mayor indus- trialización, el incremento del tráfico, el rápido desarrollo econó- mico y unos niveles más altos de consumo de energía. La información disponible nos indica que en muchos grandes centros urbanos se superan habitualmente las recomendaciones de la OMS respecto de los principales contaminantes de la atmósfera. Aunque en los dos últimos decenios se ha avanzado en muchos países industrializados en el control de los problemas de la contaminación del aire, la calidad de éste —especialmente en las grandes ciudades del mundo en desarrollo— es cada vez peor. Especial preocupación despiertan los efectos negativos sobre la salud de los contaminantes del aire en muchas zonas urbanas, donde los niveles son suficientemente altos para incrementar la mortalidad y la morbilidad, la insuficiencia pulmonar y los efectos cardiovasculares y neuroconductuales (Romieu, Weizen- feld y Finkelman 1990; OMS/PNUMA 1992). La contaminación del aire interior como resultado de la combustión doméstica es también un problema de importancia en los países en desarrollo
(OMS 1992b), pero no lo abordaremos en este estudio, pues sólo consideraremos las fuentes, la dispersión y los efectos sobre la salud de la contaminación del aire exterior, incluido un estudio de caso de la situación en México.

Características tipográficas

Características con efectos mensurables. Es posible medir los efectos de algunas características de las representaciones alfanuméricas, como por ejemplo, el tamaño aparente de los caracteres, la relación altura/ancho, la relación ancho del trazo/tamaño, o el espaciado entre líneas, palabras y caracteres.
El tamaño aparente de los caracteres se mide en minutos de arco y su valor óptimo es de 20 a 22; esto se corresponde con una altura de 3 mm a 3,3 mm, en condiciones normales de visualización en oficinas. Un menor tamaño de los caracteres puede originar un mayor número de errores, tensión visual y también mayor tensión postural, debido a la restricción en la distancia de visión. Así, el texto no debería representarse con un tamaño aparente inferior a 16.
No obstante, las representaciones gráficas pueden requerir un texto de menor tamaño. Para evitar errores, por una parte, y una carga visual excesiva para el usuario, por otra, las partes del texto que es necesario editar deberían mostrarse en un ventana separada para garantizar una buena comprensibilidad. Los caracteres con un tamaño aparente inferior a 12 no deberían mostrarse como texto legible, sino sustituirse por un bloque rectangular sombreado. Los buenos programas permiten al usuario seleccionar el tamaño real mínimo de los caracteres que se desea mostrar como caracteres alfanuméricos.
La relación óptima altura/ancho de los caracteres es de aproximadamente 1:0,8; la legibilidad disminuye notablemente si la relación es superior a 1:0,5. Para obtener una impresión con una buena legibilidad y también para las pantallas de TRC, la rela- ción entre la altura de los caracteres y el grosor del trazo es de aproximadamente 10:1. Ahora bien, esto ha de considerarse sólo una regla general, ya que los caracteres legibles más estéticos suelen mostrar varios grosores de trazo (véase la Figura 52.5).
El espaciado óptimo entre líneas también es muy importante no sólo para la comprensibilidad, sino también para ahorrar espacio cuando es necesario mostrar una cantidad determinada de texto en un espacio limitado. El mejor ejemplo lo tenemos en los periódicos, en los que una gran cantidad de información es mostrada en una sola página, pero sin perder la comprensibi- lidad. El espaciado óptimo entre líneas es de aproximadamente un 20 % de la altura de los caracteres entre los rasgos descendentes de una línea y los ascendentes de la siguiente; esta distancia equivale aproximadamente al 100 % de la altura de los caracteres entre la base de una línea de texto y los trazos ascen- dentes de la siguiente. Si se reduce la longitud de la línea, también es posible reducir el espaciado entre las líneas sin perder comprensibilidad.
El espaciado entre los caracteres es invariable en las pantallas orientadas hacia caracteres, y ello reduce su comprensibilidad y su calidad estética en comparación con las pantallas con espacios variables. Es preferible un espaciado proporcional, que dependa de la forma y el ancho de los cuando se usan programas específicos es posible lograr una calidad tipográfica similar a la de las fuentes impresas bien diseñadas.

martes, 24 de septiembre de 2013

LOS PAISES EN DESARROLLO Y LA • CONTAMINACION (II)

En los países en desarrollo, la industria tiende a ser menos eficiente que en los desarrollados. Esa falta de eficiencia es un problema crónico de las economías en desarrollo, que refleja la falta de capacitación de los recursos humanos, el coste de la importación del equipo y la tecnología y el inevitable despilfarro que se produce cuando algunas partes de la economía están más desarrolladas que otras.
Esa ineficacia se debe también en parte a la necesidad de recurrir a tecnologías anticuadas que pueden obtenerse con faci- lidad, que no requieren una licencia muy cara o que no tienen un coste de utilización alto. Esas tecnologías suelen ser más contaminantes que las tecnologías de punta de que dispone la industria de los países desarrollados. Un ejemplo es la industria de la refrigeración, en que se utilizan clorofluorocarbonos (CFC) como refrigerantes químicos por ser mucho más baratos que las demás opciones, a pesar de que estas sustancias contribuyen en gran medida a agotar el ozono de la parte alta de la atmósfera y con ello a reducir la protección de la tierra frente a la radiación ultravioleta; algunos países eran muy reacios a aceptar la prohi- bición del uso de los CFC porque les resultaría económicamente imposible fabricar y adquirir frigoríficos. La solución evidente es la transferencia de tecnología, pero las empresas de los países más adelantados que han desarrollado esa tecnología o que poseen su licencia son lógicamente reacias a compartirla. Y son reacias porque se han gastado sus propios recursos en desarrollar la tecnología, porque desean conservar la ventaja adquirida en sus mercados y porque sólo pueden obtener un rendimiento utilizando o vendiendo la tecnología durante el tiempo limitado de la patente.
Otro problema al que se enfrentan los países en desarrollo es la falta de conocimientos especializados sobre los efectos de la contaminación, los métodos de vigilancia y la tecnología de control de la misma, así como la escasa sensibilización al respecto. En los países en desarrollo hay relativamente pocos expertos de campo, en parte porque, aunque las necesidades son en realidad mayores, hay menos puestos de trabajo y un mercado más restringido para sus servicios. Como el mercado para los equipos y servicios de control de la contaminación puede ser reducido, es posible que haya que importar conoci- mientos especializados y tecnología, con el consiguiente incre- mento de costes. Es posible también que los directivos y supervisores de la industria no sean conscientes del problema o lo sean en muy pequeña medida. Aun cuando un ingeniero, un directivo o un supervisor de la industria sea consciente de que una operación es contaminante, le puede resultar difícil convencer a otras personas de la empresa, a sus jefes o a los
propietarios de que existe un problema que ha de resolverse.

En la mayoría de los países en desarrollo, la industria está compitiendo en el extremo inferior de los mercados internacio- nales, lo que significa que sus productos son competitivos por su precio y no por su calidad o por sus características especiales. Por ejemplo, son muy pocos los países en desarrollo que están especializados en la producción de acero de muy alta calidad para instrumentos quirúrgicos o maquinaria de precisión. Fabrican acero de calidades inferiores para la construcción y la industria manufacturera porque el mercado es mucho mayor, porque necesitan muchos menos conocimientos técnicos especia- lizados para producirlo y porque pueden competir en precio siempre que la calidad sea aceptable. El control de la contami- nación reduce la ventaja de precio incrementando los costes aparentes de la producción sin mejorar el producto o las ventas. El problema básico que se plantea en los países en desarrollo es cómo equilibrar esa realidad económica con la necesidad de proteger a sus ciudadanos, la integridad de su medio ambiente y su futuro, en el entendimiento de que una vez alcanzado el desarrollo los costes serán aún más elevados y el daño puede ser permanente.

Características tipográficas: Las fuentes y la comprensibilidad.

Una fuente es una familia de caracteres diseñados, bien para proporcionar una comprensi- bilidad óptima en un medio determinado (como por ejemplo, papel, pantallas electrónicas o pantallas de proyección), bien para proporcionar algún tipo de calidad estética o ambos. A pesar de que el número de fuentes disponibles supera las 10.000, sólo unas cuantas, quizá algunas decenas, se consideran “comprensibles”. Debido a que la legibilidad y la comprensibilidad de una fuente también dependen de la experiencia del lector (se piensa , por ejemplo, que algunas fuentes “legibles” se consideran como tales únicamente porque se han utilizado prácticamente sin cambios durante décadas o incluso siglos), una misma fuente puede resultar menos legible en una pantalla que en papel,

sencillamente porque los caracteres tienen un aspecto “nuevo”. Con todo, ésta no es la causa principal de la mala legibilidad de las pantallas.
En general, el diseño de las fuentes está restringido por problemas tecnológicos. Algunas tecnologías imponen límites muy estrechos para el diseño de caracteres, por ejemplo, las pantallas de cristal líquido (LED) o de trama, con un número limitado de puntos por pantalla. Ni siquiera las mejores pantallas de TRC pueden competir en muchos casos con las impresiones en papel (Figura 52.5). En los últimos años, las investigaciones han demostrado que la velocidad y la precisión de la lectura en pantalla es aproximadamente un 30 % menor a la que se logra en papel; ahora bien, se desconoce aún si esto se debe a las características de la pantalla o a otros factores.

Un estudio de caso relativo a los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud de 480 alumnos de primaria en Cubatao, Brasil, donde 23 industrias (siderurgia, industrias químicas, cementera, fábricas de fertilizantes, etc.) emitían gran cantidad de contaminantes combinados, demostró que el 55,3 % de los niños presentaban una reducción de la función pulmonar. Otro ejemplo de los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud se comprobó en la zona industrial especial de Ulsan/Onsan, en la República de Corea, donde se concentran muchas fábricas de gran tamaño (sobre todo petroquímicas y de refino de metales). La gente que vivía en la zona se quejaba de diversos problemas de salud, sobre todo del trastorno del sistema nervioso denominado “enfermedad de Onsan”.
Las liberaciones accidentales de sustancias tóxicas a la atmósfera con graves riesgos para la salud suelen ser más frecuentes en los países en desarrollo. Ello puede deberse entre otras razones a una planificación insuficiente en materia de seguridad, a la falta de personal técnico cualificado para el mantenimiento de instalaciones adecuadas, a las dificultades para obtener piezas de repuesto, etc. Uno de los peores de accidentes de este tipo fue el que se produjo en Bhopal, India, en 1984, donde los escapes de isocianuro de metilo causaron la muerte a 2.000 personas.

lunes, 23 de septiembre de 2013

LOS PAISES EN DESARROLLO Y LA • CONTAMINACION (I)

La contaminación industrial es un problema más complejo en los países en desarrollo que en las economías desarrolladas. Los obstáculos estructurales que dificultan la prevención y limpieza de la contaminación son mayores. Esos obstáculos son en gran parte económicos, pues los países en desarrollo no poseen los recursos necesarios para controlar la contaminación en la misma medida en que lo hacen los países desarrollados. Por otra parte, los efectos de la contaminación pueden ser muy costosos para una sociedad en desarrollo en términos de salud, residuos, degra- dación del medio ambiente, reducción de la calidad de vida y coste de limpieza en el futuro. Un ejemplo extremo es la preocu- pación por el futuro de los niños expuestos al plomo en algunas megaciudades de países donde aún se utiliza la gasolina con plomo, o que viven en las proximidades de fundiciones. Se ha comprobado que algunos niños tienen niveles de plomo en sangre lo suficientemente elevados para afectar a su inteligencia y sus facultades cognitivas.
En los países en desarrollo, la industria suele funcionar con poco capital en comparación con los países desarrollados, y los fondos de inversión de que dispone se dedican en primer lugar a la adquisición del equipo y los recursos necesarios para la producción. Los economistas consideran “improductivo” el capital destinado a la lucha contra la contaminación, pues no genera un incremento de la producción ni de los rendimientos financieros. Pero la realidad es más compleja. Es posible que invertir en la lucha contra la contaminación no produzca un rendimiento directo evidente para la empresa o el sector, pero ello no significa que sea una inversión no rentable. En muchos casos, como por ejemplo, en el refino del petróleo, la lucha contra la contaminación reduce también la cantidad de residuos
e incrementa la eficiencia de la explotación, de modo que la empresa sí obtiene un beneficio directo. Allí donde la opinión pública tiene peso y a una empresa le interesa mantener buenas relaciones públicas, la industria debe hacer un esfuerzo por controlar la contaminación en su propio interés. Por desgracia, en muchos países en desarrollo la estructura social no propicia esta situación, ya que la gente más duramente afectada por la contaminación tiende a pertenecer a las capas más empobre- cidas y marginadas de la sociedad.
La contaminación puede causar daños al medio ambiente y a la sociedad en general, pero se trata de “deseconomías externas” que no afectan sustancialmente a la empresa misma, o al menos no la afectan desde el punto de vista económico. Lo que ocurre más bien es que los costes de la contaminación tienden a ser soportados por la sociedad en su conjunto, y la empresa se libera de ellos. Así sucede especialmente cuando la industria de que se trate es crítica para la economía local o las prioridades nacio- nales, lo que propicia una gran tolerancia hacia los daños que causa. Una solución sería “internalizar” esas deseconomías externas incorporando a los costes de explotación de la empresa los costes de limpieza o los costes estimados del daño ambiental bajo la forma de impuestos. La empresa tendría así un incentivo financiero para controlar la contaminación. Pero prácticamente ningún gobierno de países en desarrollo está en condiciones de establecer este impuesto.
En la práctica, raras veces se dispone de capital para invertir en equipos de control de la contaminación, a menos que la normativa oficial presione en ese sentido. Sin embargo, es muy infrecuente que los gobiernos se sientan motivados a regular la industria si no tienen razones apremiantes para ello y se ven presionados por sus ciudadanos. En la mayoría de los países desarrollados, la población tiene una razonable seguridad en materia de salud y de vida, y esperan mejorar su calidad de vida, algo que asocian con un entorno más limpio. Como hay más seguridad económica, esos ciudadanos están más dispuestos a aceptar un aparente sacrificio económico para conseguir un medio ambiente más limpio. En cambio, y para ser competitivos en los mercados mundiales, muchos países en desarrollo se mues- tran reacios a imponer normas a sus industrias. Al contrario, esperan que el crecimiento industrial de hoy conduzca a una sociedad del mañana suficientemente rica para corregir la conta- minación. Por desgracia, el coste de la limpieza se incrementa al mismo ritmo o a un ritmo superior que los costes asociados al desarrollo industrial. En una fase temprana del desarrollo indus- trial, a un país en desarrollo le costaría en teoría muy poco prevenir la contaminación, pero esos países casi nunca poseen los recursos de capital necesarios para hacerlo. Posteriormente, cuando el país sí posee los recursos necesarios, los costes suelen ser increíblemente altos y el daño ya se ha producido.

Características tipográficas Legibilidad y comprensibilidad

Legibilidad y comprensibilidad. La comprensibilidad se refiere a la capacidad de entender un texto como una serie de imágenes interconectadas, mientras que la legibilidad se refiere a la percepción de caracteres únicos o agrupados. Así, una buena legibilidad es, en general, un requisito previo para la comprensibilidad.
La legibilidad de un texto depende de varios factores, algunos de los cuales se han investigado exhaustivamente, mientras que otros igualmente importantes, como la forma de los caracteres, aún no han sido clasificados. Ello se debe en parte a que el ojo humano es un instrumento muy potente y los métodos de medi- ción que se utilizan para el rendimiento y las frecuencias de error por lo general no son útiles para distinguir entre distintas fuentes. Así, hasta cierto punto, la tipografía sigue siendo un arte más que una ciencia.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Contaminación del agua y el suelo

La eliminación inadecuada y a menudo negligente de los residuos industriales —el vertido incontrolado a los cursos de agua y a la tierra, contaminando agua y suelo— constituye otro grave problema de salud ambiental, aparte de la contaminación del aire de origen industrial, en los países en desarrollo, especialmente aquellos que poseen muchas empresas de aldea de pequeñas dimensiones como las de China. Algunas fábricas a pequeña escala, como las de teñido de textiles, pasta de papel y papel, curtiduría de cuero, galvanoplastia, lámparas fluorescentes, bate- rías de plomo y fundición de metales, producen siempre gran cantidad de residuos, que contienen sustancias tóxicas o peli- grosas como cromo, mercurio, plomo, cianuro, etc., que cuando no son tratadas pueden contaminar ríos, arroyos y lagos, y también el suelo. A su vez, la contaminación del suelo puede contaminar los recursos de aguas subterráneas.
En Karachi, el río Lyan, que atraviesa la ciudad, se ha convertido en un desaguadero al aire libre de aguas residuales y efluentes industriales no tratados procedentes de unas 300 indus- trias de diversos tamaños Algo similar ocurre en Shanghai. Alre- dedor de 3,4 millones de metros cúbicos de residuos industriales
y domésticos afluyen al arroyo Suzhou y al río Huangpu, que atraviesan el centro de la ciudad. Como resultado de esta grave contaminación, el río y el arroyo han perdido prácticamente todos los seres vivos, y por su olor y aspecto resultan desagrada- bles y ofensivos para la población que vive en las zonas circundantes.
Otro problema en materia de contaminación del agua y el suelo en los países en desarrollo lo plantea la transferencia de desechos tóxicos o peligrosos desde los países desarrollados a estos últimos. El coste de transportar estos desechos a sencillos lugares de almacenamiento situados en los países en desarrollo es muy inferior al que exige almacenarlos con seguridad o incinerarlos en sus países de origen de conformidad con las norma- tivas oficiales aplicables. Así ha ocurrido en Tailandia, Nigeria, Guinea Bissau y otros países. En el transporte suelen producirse escapes que contaminan el aire, el agua y el suelo, lo que repre- senta un riesgo potencial para la salud de las personas que viven en las proximidades.
Así pues, los problemas de salud de origen ambiental que se examinan en el presente capítulo tienden a afectar en una medida aún mayor a los países en desarrollo.

Caracteristicas Básicas: Nitidez.

La nitidez de una imagen es una característica bien conocida, aunque su definición no es muy precisa. De aquí que no exista un método universalmente reconocido para medir la nitidez como característica relevante para una buena legibilidad.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Contaminación del aire

En los países en desarrollo, la contaminación del aire se deriva no sólo de la emisión de contaminantes por industrias relativamente grandes, como la siderúrgica, la de metales no ferrosos o la de productos del petróleo, sino también de la emisión esporádica de contaminantes por fábricas de pequeñas dimensiones, como cementeras, refinerías de plomo, fábricas de fertilizantes y plaguicidas químicos y otras similares, donde no se toman medidas sufi- cientes de lucha contra la contaminación y se permite que los contaminantes escapen a la atmósfera.
Como las actividades industriales comportan siempre una generación de energía, la combustión de combustibles fósiles es una de las principales fuentes de contaminación del aire en los países en desarrollo, donde se utiliza mucho el carbón, no sólo para el consumo industrial sino también para el doméstico. En China, por ejemplo, más del 70 % del consumo total de energía se basa en la combustión directa de carbón, que genera grandes cantidades de contaminantes (partículas en suspensión, dióxido de azufre, etc.) en condiciones de combustión incompleta e insu- ficiente control.
La naturaleza de los contaminantes del aire varía según la industria de que se trate. También la concentración de los distintos contaminantes en la atmósfera varía mucho depen- diendo del proceso y el lugar en que se produzca, por las diversas condiciones geográficas y climáticas. Al igual que en otros lugares, en los países en desarrollo es difícil estimar los niveles concretos de exposición de la población general a los diversos contaminantes procedentes de las distintas industrias. En términos generales, los niveles de exposición en el lugar de trabajo son mucho más elevados que los que sufre la población general, pues en el ambiente general las emisiones se diluyen con rapidez y son dispersadas por el viento. Sin embargo, la duración de la exposición es mucho mayor para la población general que para los trabajadores.
Los niveles de exposición de la población general en los países en desarrollo suelen ser más altos que en los países desarrollados, donde la contaminación del aire se controla con más rigor y las zonas residenciales suelen estar alejadas de las industrias. Como se trata con más detalle en este mismo capítulo, muchos estudios epidemiológicos han puesto ya de manifiesto una estrecha asociación entre la reducción de la función pulmonar y la mayor incidencia de enfermedades respiratorias crónicas entre personas que por el lugar en el que viven están expuestas a largo plazo a los contaminantes atmosféricos comunes.

Caracteristicas Básicas: Contraste.

El contraste de brillo, la relación entre la luminancia de un objeto determinado y su fondo, es la característica fotomé- trica más importante para la comprensibilidad y legibilidad. Aunque la mayoría de las normas indican una relación mínima de 3:1 (caracteres brillantes sobre fondo oscuro) o 1:3 (caracteres oscuros sobre fondo brillante), el contraste óptimo es en realidad de aproximadamente 10:1, y los dispositivos de buena calidad alcanzan valores superiores incluso en entornos brillantes.
El contraste de las pantallas “activas” disminuye cuando aumenta la luz ambiente, mientras que las pantallas “pasivas” (como las LCD) pierden contraste en ambientes oscuros. Las pantallas pasivas con luz de fondo incorporada proporcionan una buena visibilidad en todos los ambientes en los que puede trabajar una persona.

viernes, 20 de septiembre de 2013

LA CONTAMINACION INDUSTRIAL EN LOS PAISES EN DESARROLLO

Aunque la industrialización es un elemento esencial del creci- miento económico en los países en desarrollo, la actividad industrial puede tener también consecuencias negativas sobre la salud ambiental como resultado de la liberación de contaminantes en el aire y el agua y de la eliminación de residuos peligrosos. Es algo que sucede con frecuencia en los países en desarrollo, donde se presta menos atención a la protección del medio ambiente, las normas ambientales suelen ser inadecuadas o no se aplican eficazmente y aún no están plenamente desarrolladas las técnicas de lucha contra la contaminación. Con el rápido desarrollo económico, muchos países en desarrollo, como China y otros países asiáticos, se enfrentan a nuevos problemas ambientales. Uno de ellos es la contaminación del medio ambiente procedente de industrias o tecnologías peligrosas transferidas por los países desarrollados, industrias y tecnologías que ya no son aceptables en esos países por razones de salud en el trabajo y salud ambiental, pero que pueden seguir utilizándose en los países en desarrollo porque su legislación ambiental es menos estricta. Otro problema es la rápida proliferación de empresas no estructuradas a pequeña escala en aldeas o zonas rurales, que muchas veces producen una importante contaminación del aire y el agua por carecer de los conocimientos necesarios o de medios financieros suficientes.

Caracteristicas BasicasTemblor de la imagen

El temblor es el resultado de la inesta- bilidad espacial de la imagen; se refiere a un elemento determinado de la imagen que no aparece en la misma posición en la pantalla después de cada proceso de regeneración. No se puede separar la percepción de temblor de la percepción de parpadeo.
Es posible que el temblor se deba a la propia PVD, aunque también puede ser inducido por otro tipo de equipo del lugar de trabajo, como una impresora u otras PVD o dispositivos que generen campos magnéticos.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Sustancias tóxicas vegetales

Las sustancias tóxicas presentes en las plantas comestibles y las plantas venenosas que se parecen a las comestibles (setas, algunas plantas silvestres de hoja verde) son causas importantes de trastornos de la salud en muchas zonas del mundo y plantean un difícil problema en materia de seguridad de los alimentos (OMS 1990b).

Parpadeo y frecuencia de regeneración

Las imágenes de las PVD de TRC y de otro tipo no son imágenes persistentes, a diferencia de las imágenes impresas. La apariencia de estabilidad se logra gracias a un mecanismo del ojo. En cualquier caso, esto no se logra sin molestias, ya que la imagen tiende a parpadear si no se regenera constantemente. El parpadeo puede afectar al rendi- miento tanto como al confort del usuario y debería evitarse siempre.
El parpadeo es la percepción de la variación del brillo en el tiempo. La intensidad del parpadeo depende de varios factores, tales como las características del fósforo, el tamaño y brillo de la imagen parpadeante, etc. Estudios recientes muestran que se necesita una frecuencia de regeneración superior a 90 Hz para satisfacer al 99 % de los usuarios, mientras que en estudios anteriores, frecuencias de regeneración tan bajas como los 50 Hz se consideraban satisfactorias. Dependiendo de las diversas carac- terísticas de la pantalla, es posible lograr una imagen sin parpadeo con frecuencias de regeneración entre 70 Hz y 90 Hz; las pantallas con un fondo claro (polaridad positiva) requieren un mínimo de 80 Hz para no percibir el parpadeo.
Algunos dispositivos modernos ofrecen una frecuencia de regeneración ajustable; lamentablemente, las frecuencias de regeneración más elevadas están asociadas con una menor reso- lución o un menor direccionamiento. La capacidad de un dispo- sitivo para mostrar imágenes de alta “resolución” con frecuencias de regeneración elevadas puede evaluarse por el ancho de banda de vídeo. En el caso de las pantallas de alta calidad, el ancho de banda máximo es superior a 150 MHz, mientras que algunos tipos de pantallas tienen menos de 40 MHz.
Para obtener una imagen sin parpadeo y una alta resolución en dispositivos con un ancho de banda menor, los fabricantes aplican un truco que deriva de los televisores comerciales: la exploración entrelazada. En este caso, las líneas de la imagen se regeneran en forma alternada, una sí y una no, con una frecuencia si las imágenes son estáticas, como texto y gráficos, y la velo- cidad de regeneración es inferior a 2 x 45 Hz. Por desgracia, el intento de eliminar el molesto efecto del parpadeo puede inducir otros efectos negativos.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Biotoxinas


También es motivo de preocupación la intoxicación por bioto- xinas marinas (lo que se conoce como “intoxicación por pescado”). Son ejemplos de ello la ciguatera y diversos tipos de intoxicación por consumo de mariscos.

Características básicas Direccionamiento

El direccionamiento describe el número de puntos individuales que el dispositivo es capaz de especificar en el campo. El direccionamiento, que con frecuencia se confunde con la resolución (a veces deliberadamente), es una especificación de los dispositivos: “800 x 600” significa que la tarjeta gráfica puede direccionar 800 puntos por cada una de las 600 líneas horizon- tales. Puesto que son necesarios al menos 15 elementos en sentido vertical para escribir números, letras y otros caracteres con rasgos ascendentes y descendentes, esta pantalla mostraría un máximo de 40 líneas de texto. En la actualidad, las mejores pantallas pueden direccionar 1.600 x 1.200 puntos; sin embargo, la mayoría de las pantallas utilizadas en la Industria direccionan 800 x 600 puntos e incluso menos.

En las pantallas “orientadas hacia caracteres”, el direccionamiento no se hace mediante los puntos de la pantalla, sino a través de la llamada matriz de caracteres. La mayor parte de los dispositivos de este tipo cuentan con 25 líneas por pantalla, con 80 posiciones de caracteres en cada una de las líneas. En este tipo de pantallas, cada símbolo ocupa el mismo espacio, inde- pendientemente de su ancho. En la industria, el número más bajo de pixeles en la matriz es de 5 de ancho por 7 de alto. Esta matriz permite representar tanto mayúsculas como minúsculas, pero no muestran los rasgos descendentes de la “p”, “q” y “g” ni los rasgos ascendentes de las mayúsculas: “Ä” o “Á”. La matriz de 7 x 9, que ha sido “norma” desde mediados del decenio de 1980, proporciona una calidad considerablemente mejor. Para conseguir una buena legibilidad y una forma razonablemente buena de los caracteres, el tamaño de la matriz de caracteres debe ser de al menos 12 x 16.


martes, 17 de septiembre de 2013

Micotoxinas

Las micotoxinas, que son los metabolitos tóxicos de algunos hongos microscópicos (mohos), pueden tener graves efectos perjudiciales para los humanos y también para los animales. Estudios con animales demuestran que, además de la intoxicación aguda, las micotoxinas pueden tener efectos carcinogénicos, mutagénicos y teratogénicos.

Características básicas Resolución

 La resolución se define como el detalle más pequeño discernible o mensurable en una presentación visual. Por ejemplo, la resolución de una pantalla de TRC se expresa como el número máximo de líneas que pueden mostrarse en un espacio determinado, al igual que se hace habitualmente con la resolución de las películas fotográficas. También es posible describir el tamaño mínimo de punto que un dispositivo puede mostrar con una determinada luminancia (brillo). Cuanto más pequeño sea el punto mínimo, mejor será el dispositivo. Así, el número de puntos de tamaño mínimo (elementos de la imagen, también conocidos como pixeles) por pulgada (ppp) representa la calidad del dispositivo. Así, por ejemplo, un dispositivo de 72 ppp es inferior a una pantalla de 200 ppp.
En general, la resolución de la mayoría de las pantallas de ordenador es bastante inferior a los 100 ppp; algunas pantallas gráficas alcanzan hasta 150 ppp, pero a costa del brillo, de manera que si se requiere un alto contraste, la resolución será menor. En comparación con la resolución de un documento impreso (entre 300 y 600 ppp en el caso de las impresoras láser), la calidad de una PVD es inferior (una imagen con 300 ppp tiene 9 veces más elementos en el mismo espacio que otra con 100 ppp).

lunes, 16 de septiembre de 2013

Definiciones de la calidad de la imagen

El término calidad describe la capacidad de distinguir los atributos de un objeto para un fin determinado. Así, la calidad de la imagen de una pantalla incluye todas las propiedades de la representación óptica en relación a la perceptibilidad de los símbolos en general, y a la legibilidad de los símbolos alfanuméricos. En este sentido, los términos ópticos utilizados por los fabricantes de los tubos, como resolución o tamaño mínimo de punto, describen criterios de calidad básicos relativos a la capacidad de un dispositivo dado para mostrar líneas finas o caracteres pequeños. Tales criterios son equiparables al grosor necesario de un lápiz o de un pincel para una tarea concreta de escritura o dibujo.
Algunos de los criterios de calidad utilizados por los ergónomos describen las propiedades ópticas relevantes para la legibilidad, como el contraste, mientras que otras propiedades, como el tamaño o el ancho de los caracteres, se relacionan más con las características tipográficas. En ergonomía se consideran, además, ciertas características que dependen de la tecnología, como el parpadeo de las imágenes, su persistencia o la uniformidad del contraste en un tipo determinado de pantallas (véase la Figura 52.4).
La tipografía es el arte de componer los “tipos”, que no se refiere únicamente a la forma de las fuentes, sino también a la selección y definición de los tipos. Aquí se utilizará el término tipografía en el primer sentido.

Sustancias químicas de origen ambiental

Hay algunas sustancias químicas que pueden estar presentes en los alimentos como resultado de la contaminación ambiental. Sus efectos sobre la salud pueden ser sumamente graves, y en los últimos años han motivado una gran preocupación.

Se han notificado consecuencias de gravedad tras la ingestión a lo largo de un tiempo prolongado de alimentos contaminados con metales pesados como el plomo, el cadmio o el mercurio.
El accidente de Chernóbil dio lugar a una gran preocupación en cuanto a los riesgos para la salud de las personas expuestas a emisiones accidentales de radionucleidos. La gente que vivía en las cercanías del lugar donde se produjo el accidente estuvo expuesta, y esa exposición incluía la presencia de contaminantes radiactivos en los alimentos y el agua. En otros lugares de Europa y en otros continentes, a cierta distancia del accidente, esa preocupación se centró en los alimentos contaminados como fuente de exposición. En la mayoría de los países, la dosis media estimada derivada de la ingestión de alimentos contaminados representaba sólo una fracción muy pequeña de la dosis recibida normalmente por la radiación de fondo (OIEA 1991).
Otras sustancias químicas ambientales de interés son los bifenilos policlorados (PCB). Los PCB se utilizan en diversas aplicaciones industriales. Se empezó a facilitar información sobre los efectos de los PCB sobre la salud humana a raíz de dos accidentes a gran escala que se produjeron en Japón (1968) y en Taiwán, China (1979). La experiencia adquirida en esos episodios demostró que, además de efectos agudos, los PCB pueden tener también efectos carcinogénicos.
El DDT se utilizó mucho entre 1940 y 1960 como insecticida para aplicaciones agrícolas y para la lucha contra enfermedades transmitidas por vectores. En la actualidad está prohibido o restringido en muchos países por el riesgo potencial que presenta para el medio ambiente. En muchos países tropicales, el DDT sigue siendo una sustancia química importante que se utiliza para luchar contra la malaria. No se han notificado efectos nocivos debidos a los residuos de DDT en los alimentos (PNUMA 1988).

domingo, 15 de septiembre de 2013

Recomendaciones en relación con la radiación

En Suecia, el antiguo MPR (Statens Mät och Provråd o Consejo Nacional de Metrología y Pruebas), actualmente el SWEDAC, ha publicado una serie de recomendaciones para evaluar las PVD. Uno de los principales objetivos era limitar cualquier subpro- ducto no deseado a niveles que pueden alcanzarse utilizando los medios técnicos razonables. Se trata de un enfoque que tras- ciende la perspectiva clásica de limitar la exposición peligrosa a niveles en los que la probabilidad de afectar negativamente la salud o la seguridad parecieran aceptablemente bajos.
Inicialmente, las recomendaciones del MPR produjeron el efecto indeseable de reducir la calidad óptica de las pantallas de TRC. Actualmente, sin embargo, sólo algunos productos que tienen una resolución excepcionalmente alta pueden perder calidad si el fabricante cumple las recomendaciones del MPR (ahora MPR-II). En ellas se incluyen límites para electricidad

Sustancias químicas y tóxicas en los alimentos

A escala nacional e internacional se han realizado considerables esfuerzos para garantizar la seguridad química de los alimentos. A lo largo de un período de tres decenios dos comisiones conjuntas de la FAO y la OMS han evaluado gran número de sustancias químicas alimentarias. El Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) evalúa los aditivos, contaminantes y residuos de medicamentos veterinarios en los alimentos, y la Reunión Conjunta FAO/OMS sobre Residuos de plaguicidas (JMPR) evalúa los residuos de plaguicidas. Se formulan recomendaciones sobre la ingesta diaria aceptable y sobre los niveles máximos de residuos y otros niveles máximos. Tomando como base esas recomendaciones, la Comisión del Codex Alimentarius y los gobiernos establecen las normas y los niveles de seguridad relativos a esas sustancias en los productos alimentarios. Además, el Programa mixto PNUMA/FAO/OMS sobre vigilancia de la contaminación de los alimentos (SIMUVIMA/Alimentos) proporciona información sobre los niveles de contaminantes en los alimentos y sobre las tendencias cronológicas de la contaminación, lo que permite adoptar medidas preventivas y de control.
Aunque la información sobre la mayoría de los países en desarrollo es escasa, estudios realizados en los países industrializados sugieren que el abastecimiento alimentario es en gran parte seguro desde el punto de vista químico gracias a la amplia infraestructura existente a este respecto (es decir, legislación, mecanismos para imponer su cumplimiento, sistemas de supervi- sión y vigilancia) y al España aceite de cocinar adulterado acabó en 1981-1982 con la o permanentes— a otras 20.000 (OMS 1984). A pesar de las intensas investigaciones aún no se ha determinado cuál fue el agente responsable de esta intoxicación masiva.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Rayos X

Los TRC son fuentes conocidas de rayos X, mientras que otro tipo de tecnologías, como las pantallas de cristal líquido (LCD) no los emiten. El proceso físico que origina este tipo de emisiones también es bien conocido y los tubos y los circuitos se diseñan de forma que los niveles emitidos sean muy inferiores a los límites de exposición profesional y en muchos casos, incluso inferiores a los niveles de detección. La radiación emitida por una fuente sólo se detecta si su nivel es superior al nivel del fondo. En el caso de los rayos X, al igual que sucede con otros tipos de radiación ionizante, el nivel de fondo se debe a la radiación cósmica y a la radiación procedente de los materiales radiactivos del suelo y de los edificios. Durante su uso normal, la PVD no emiten rayos X que superen los niveles de radiación de fondo (50 nGy/h).


Contaminación biológica Países industrializados

Aunque la situación en materia de enfermedades transmitidas por los alimentos es muy grave en los países en desarrollo, el problema no se limita a ellos, y en los últimos años los países industrializados han sufrido una serie de epidemias importantes. En Estados Unidos se de 6,5 millones de casos al año, con 9.000 fallecimientos, pero
según la Food and Drug Administration de ese país esta cifra está subestimada y la realidad puede llegar hasta 80 millones de casos (Cohen 1987; Archer y Kvenberg 1985; Young 1987). En la antigua Alemania occidental la estimación era de un millón de casos en 1989 (Grossklaus 1990). En un estudio realizado en los Países Bajos se comprobó que hasta el 10 % de la población podía verse afectada por enfermedades transmitidas por los alimentos o por el agua (Hoogenboom-Vergedaal y cols. 1990).
Con las actuales mejoras en los niveles de higiene personal, desarrollo del saneamiento básico, suministro de agua potable, infraestructuras eficaces y creciente aplicación de tecnologías como la pasteurización, muchas de estas enfermedades se han eliminado o reducido considerablemente en algunos países industrializados (como la salmonelosis transmitida por la leche). Sin embargo, en la mayoría de los países están aumentando de modo importante otras enfermedades transmitidas por los alimentos. Como ejemplo de este fenómeno puede citarse el caso de la antigua Alemania occidental (1946-1991) (Figura 53.2) (Statistisches Bundesamt 1994).
Mas en concreto, la salmonelosis se ha incrementado enormemente a ambos lados del Atlántico en los últimos años (Rodrigue 1990). En muchos casos se debe a la Salmonella enteritidis. En la Figura 53.3 se muestra el incremento de este microorganismo con respecto a otras cepas de Salmonella en Suiza. En muchos países se han identificado como fuentes principales de este patógeno la carne de aves de corral, los huevos y los alimentos que contienen huevos. En algunos países está conta aves de corral, y se ha citado también la participación de la carne, las ancas de rana, el chocolate y la leche (Notermans 1984; Roberts 1990). En 1985 de 170.000 a 200.000 personas se vieron afectadas en Chicago por un brote de salmonelosis provo- cado por leche pasteurizada contaminada (Ryzan 1987).

viernes, 13 de septiembre de 2013

Radiación óptica

La radiación “óptica” abarca la radiación visible (la luz) con longitudes de onda entre los 380 nm (azul) y los 780 nm (rojo) y las bandas adyacentes del espectro electromagnético: el infrarrojo, de 3x1011 Hz a 4x1014 Hz (longitudes de onda de 780 nm a 1 mm) y el ultravioleta, de 8x1014 Hz a 3x1017 Hz). La radiación visible se emite a niveles de intensidad moderados, similares a los que emiten las superficies de la habitación (100 cd/m2). Con todo, la radiación ultravioleta puede ser absorbida por el cristal del tubo (TRC) o no emitirse (todos los demás tipos de pantallas). Los niveles de radiación ultravioleta, en caso de ser detectables, son muy inferiores a los niveles de exposición laboral, y lo mismo sucede en el caso de la radiación infrarroja.

Contaminación biológica Países en desarrollo

Según la información disponible está claro que los contaminantes biológicos (bacterias, virus y parásitos) constituyen las causas principales de las enfermedades transmitidas por alimentos.
En los países en desarrollo son responsables de muy diversas enfermedades de este tipo (por ejemplo, cólera, salmonelosis, shigellosis, fiebres tifoideas y paratifoideas, brucelosis, poliomielitis y amebiasis). Las enfermedades diarreicas, en especial la diarrea infantil, representan el problema más importante, y se trata verdaderamente de un problema de enormes proporciones. Cada año padecen diarrea alrededor de 1.500 millones de niños menores de cinco años, y mueren por causa de la enfermedad más de tres millones. Antes se pensaba que el agua contaminada era la fuente principal de patógenos que provocan la diarrea, pero hoy está demostrado que hasta el 70 % de los episodios de diarrea pueden deberse a patógenos transmitidos por los alimentos (OMS 1990c). No obstante, la contaminación de los alimentos tiene su origen en muchos casos en el agua contami- nada que se utiliza para regar y otros fines similares.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Campos magnéticos

Los campos magnéticos derivados de las PVD proceden de las mismas fuentes que los campos eléctricos alternos. A pesar de que los campos magnéticos no son “radiaciones”, en la práctica es imposible separar los campos magnéticos y los campos eléctricos alternos, ya que unos inducen a los otros. Uno de los motivos que hace que los campos magnéticos se traten en un capítulo aparte es que se sospecha que tengan efectos teratogénicos (más adelante en este capítulo se trata de esta cuestión).
A pesar de que los campos inducidos por las PVD son más débiles que los producidos por otras fuentes, como las líneas de alta tensión, las centrales eléctricas, las locomotoras eléctricas, los altos hornos o los equipos de soldadura, la exposición total producida por las PVD puede ser similar, ya que muchas personas trabajan ocho horas o más cerca de una PVD, mientras que su exposición a las líneas de alta tensión o a los motores eléctricos es mucho menos frecuente. Ahora bien, la relación entre los campos electromagnéticos y el cáncer sigue siendo un tema controvertido.

Consecuencias para la salud de la contaminación biológica y de la presencia de sustancias químicas en los alimentos

A pesar de los avances de la ciencia y la tecnología, la contamina ción de los alimentos y del agua sigue siendo hoy un importante problema de salud pública. Las enfermedades transmitidas por los alimentos son quizás el problema sanitario más extendido del mundo contemporáneo y una causa importante de la reducción de la productividad económica (OMS/FAO 1984). Se deben a muy diversos agentes y abarcan todos los grados de gravedad, desde indisposiciones leves a enfermedades que pueden ser mortales. Ahora bien, sólo una pequeña proporción de los casos llega a conocimiento de los servicios de salud, y los que se inves- tigan son aún menos. Así, se estima que en los países industrializados se notifican únicamente alrededor del 10 % de los casos, mientras que en los países en desarrollo los casos notificados probablemente no van más allá del 1% del total.
Pese a estas limitaciones, los datos de que disponemos indican que las enfermedades transmitidas por alimentos van en aumento en todo el mundo, tanto en los países en desarrollo como en los países industrializados. Como ejemplo de esta tendencia puede citarse el caso de Venezuela (OPS/OMS 1989)


miércoles, 11 de septiembre de 2013

Radiación de radiofrecuencia y microonda emitida por las PVD

Las PVD pueden emitir radiación electromagnética en un rango de frecuencias desde algunos kHz hasta 109 Hertz (las llamadas radiofrecuencias o RF, con longitudes de onda que van desde algunos km hasta 30 cm); no obstante, la energía total emitida depende de las características del circuito. En la práctica, sin embargo, la intensidad de campo de este tipo de radiación suele ser baja y está limitada a la proximidad inmediata de la fuente. Una comparación de la intensidad de los campos eléctricos alternos en el rango de 20 Hz a 400 kHz indica que las PVD que utilizan tecnología de tubos de rayos catódicos (TRC) emiten, en general, niveles más elevados que otro tipo de pantallas.
La radiación de “microondas” abarca el rango desde 3x108 Hz hasta 3x1011 Hz (longitudes de onda de 100 cm a 1 mm). Las PVD no tienen fuentes de radiación de microondas que emitan una cantidad detectable de energía en esta banda.

Las necesidades de producción frente a la presión demográfica y otras fuerzas (IV)

Si no se adoptan medidas oportunas y adecuadas para mitigar las repercusiones ambientales de la agricultura, la pesca, la producción de alimentos y el uso del agua, se producirán las situaciones siguientes:

• Con el incremento de la población urbana aumentará también la dificultad para mantener y desarrollar un sistema eficiente de distribución de alimentos. Ello puede agravar el problema de la inseguridad alimentaria en los hogares, la malnutrición a ella asociada y los consiguientes riesgos para la salud entre las crecientes masas de pobres urbanos.
• Las enfermedades microbianas, víricas y parasitarias debidas a alimentos y agua contaminados seguirán constituyendo graves problemas de salud. Seguirán apareciendo nuevos agentes de importancia para la salud pública. Se incrementarán las enfer- medades diarreicas relacionadas con los alimentos y el agua, que producirán una elevada mortalidad infantil y una morbi- lidad generalizada.
• Se incrementarán notablemente las enfermedades transmitidas por vectores derivadas del riego, de otras formas de aprovechar los recursos hídricos y de la falta de control de las aguas resi- duales. La malaria, la esquistosomiasis, la filariasis y las fiebres arbovíricas seguirán constituyendo problemas de primera magnitud.
• Los problemas que hemos esbozado se reflejarán en la estabilización o el aumento de los niveles de malnutrición y morta- lidad neonatal y de niños de corta edad, así como de los niveles de morbilidad a todas las edades, aunque predominantemente entre los pobres, las personas muy jóvenes o muy ancianas y los enfermos.
• Las enfermedades crónicas asociadas a formas de vida inade- cuadas, al hábito de fumar y a la dieta (por ejemplo, la obesidad, la diabetes o la enfermedad coronaria), que son características de los países más prósperos, están apareciendo ya y convirtiéndose en problemas importantes también para los países en desarrollo. La creciente urbanización acelerará esa tendencia.
• A medida que la producción de alimentos vaya haciéndose más intensiva, se incrementará notablemente el riesgo de enfermedades y accidentes profesionales para los que trabajen en ese sector y sectores conexos, a menos que se realicen esfuerzos suficientes en materia de seguridad y prevención.

martes, 10 de septiembre de 2013

Radiación La radiación en el contexto de las aplicaciones en las PVD

La radiación es la emisión o transferencia de energía radiante. La emisión de energía radiante en forma de luz, según el objetivo previsto en el uso de las PVD, puede ir acompañada por la emisión de varios productos secundarios como calor, sonido, radiación infrarroja y ultravioleta, ondas de radio o rayos X, entre otros. Mientras que algunas de estas formas de radiación, como la luz visible, afectan a los humanos de forma positiva, algunas emisiones de energía pueden tener efectos negativos, o incluso efectos biológicos destructivos, en especial cuando la intensidad es elevada y la duración de la exposición prolongada. Hace algunas décadas, se introdujeron límites de exposición para diferentes formas de radiación, con el fin de proteger a la gente. No obstante, actualmente se cuestionan algunos de estos límites y para campos magnéticos de baja frecuencia, no es posible esta- blecer límites de exposición basados en los niveles de radiación natural de fondo.

Las necesidades de producción frente a la presión demográfica y otras fuerzas (III)

La permanente necesidad de desarrollo industrial a largo plazo para producir bienes, servicios y puestos de trabajo llevará
a una producción de alimentos más intensiva, que a su vez estará más industrializada. En consecuencia, y especialmente debido al proceso de urbanización, aumentará en volumen e importancia la demanda de servicios de envasado, elaboración, almacenamiento y distribución de alimentos, y se incrementarán también los recursos dedicados a estas actividades.
El público se está sensibilizando mucho con respecto a la necesidad de producir, proteger y comercializar los alimentos de forma que se reduzcan al mínimo los cambios ambientales nega- tivos, y es más exigente a ese respecto. La aparición de instrumentos científicos revolucionarios (por ejemplo, los avances de la biotecnología) ofrece la posibilidad de incrementar notable- mente la producción alimentaria reduciendo los desechos y mejorando la seguridad.
El reto más importante es afrontar la creciente demanda de alimentos, otros productos agrícolas y agua de un modo que contribuya a mejorar la salud a largo plazo y que sea también sostenible, económico y competitivo.
Aunque a escala mundial hay actualmente alimentos sufi- cientes para todos, se han de superar grandes dificultades para garantizar la disponibilidad y distribución equitativa de alimentos seguros, nutritivos y asequibles con los que satisfacer las necesidades de salud en muchas partes del mundo, y sobre todo en las zonas de rápido crecimiento demográfico.
Muchas veces no se tienen plenamente en cuenta las posibles consecuencias sobre la salud a la hora de diseñar y aplicar polí- ticas y programas agrícolas y pesqueros. Un ejemplo es la producción de tabaco, que tiene consecuencias muy graves y negativas sobre la salud humana y los escasos recursos en tierras y leña. Además, la falta de un enfoque de desarrollo integrado para los sectores agrícola y forestal conduce a que no se reco- nozca la importante relación existente entre esos sectores y la protección de los hábitat de especies silvestres, la diversidad biológica y los recursos genéticos.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Nuevos conceptos de mobiliario.

Tradicionalmente, el mobi- liario de oficina se ha adaptado a las necesidades de las empresas, reflejando la jerarquía de tales organizaciones: grandes mesas en “lujosas” oficinas para los ejecutivos, en un extremo de la escala, y un mobiliario pequeño para las mecanógrafas y oficinas “funcionales” en el extremo opuesto. El diseño básico del mobiliario de oficina permaneció invariable durante décadas. La situación cambió radicalmente con la introducción de la tecnología de la información y dio lugar a un concepto de mobiliario totalmente nuevo: el del mobiliario de sistemas.
El mobiliario de sistemas se desarrolló cuando las personas comenzaron a darse cuenta de que el cambio en el equipo y en la organización del trabajo no podía hacerse por las limitadas capacidades del mobiliario existente para adaptarse a las nuevas necesidades. El mobiliario actual ofrece una caja de herramientas que permite a las organizaciones de usuarios crear el espacio de trabajo que necesitan, desde el mínimo indispensable para una sola PVD y un teclado, hasta puestos de trabajo complejos que permitan acomodar varios elementos del equipo, y posiblemente también, grupos de usuarios. Tal mobiliario está diseñado para el cambio e incorpora dispositivos de ordenación del cableado eficientes y flexibles. Mientras que la primera gene- ración del mobiliario de sistemas no hizo más que añadir a una mesa existente una mesa auxiliar para la PVD, la tercera genera- ción ha cortado completamente todos sus vínculos con la oficina tradicional. Este nuevo enfoque ofrece una gran flexibilidad en el diseño de los espacios de trabajo, limitada únicamente por el espacio disponible y por la capacidad de las organizaciones para utilizar esta flexibilidad.

Las necesidades de producción frente a la presión demográfica y otras fuerzas (I)

En algunas regiones del mundo la población sigue creciendo con rapidez. Con respecto a la situación de 1990, en el año 2010 habrá 1.900 millones de personas más que alimentar, lo que supone un incremento del 36 % (de 5.300 a 7.200 millones de habitantes).
Se estima que el 90 % del crecimiento total previsto para los próximos 20 años se va a producir en países que actualmente se clasifican de naciones en desarrollo. Se asiste a una urbanización progresiva de la sociedad. La población urbana del mundo llegará a los 3.600 millones personas, lo que representa un incremento del 62 % con respecto a los 2.200 millones de habitantes urbanos que había en 1990. Además, la población urbana de los países en desarrollo se incrementará en un 92 % (de 1.400 a
2.600 millones) en 20 años a partir de 1990, lo que significa que se habrá multiplicado por cuatro desde 1970. Aunque la planificación familiar reciba la urgente atención que requiere en todas las poblaciones en rápido crecimiento, el aumento demográfico y la urbanización seguirán dominando el panorama durante al menos dos decenios.
En los próximos 20 años será necesario incrementar en un 36 % la cantidad de alimentos, otros productos agrícolas y agua potable simplemente para seguir el ritmo de ese aumento de la población; la necesidad de alimentar adecuadamente a 500 millones de personas para que no sigan estando malnutridas, y el aumento de la demanda procedente de poblaciones con ingresos cada vez mayores, son factores que conducirán a un enorme incremento de la producción total de alimentos. En los grupos de ingresos más altos, la población seguirá caracterizándose por una demanda excesiva de alimentos de origen animal, lo que provocará un aumento de la producción de piensos.

La presión sobre la agricultura y la producción de alimentos, así como el crecimiento demográfico y el incremento de la demanda “per cápita” harán recaer sobre el medio ambiente una carga mayor. Dicha carga se generará de manera desigual y tendrá efectos ambientales desiguales, pero en términos mundiales sus efectos serán negativos y exigirán una acción concertada.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Distribución del espacio de trabajo. (II)

En las últimas dos décadas, la capacidad informática, que inicialmente requería un espacio equivalente a un salón de baile, se ha logrado miniaturizar y condensar en una simple caja. Aún así, a pesar de las expectativas de que la miniaturización del equipo pudiese resolver la mayoría de los problemas asociados con el diseño del lugar de trabajo, el tamaño de las PVD ha ido aumentando: en 1975, el tamaño de pantalla más utilizado era el de 15; en 1995 la mayoría de la gente adquirió un monitor de 17 a 21 y el tamaño de los teclados tampoco ha disminuido en comparación con los que se utilizaban en 1973. Un análisis de la tarea cuidadoso sigue siendo sumamente importante para diseñar puestos de trabajo complejos. Además, a pesar de que han aparecido nuevos dispositivos de entrada de datos, no han llegado a sustituir al teclado y requieren aún un mayor espacio en la superficie de trabajo, a veces de considerables dimensiones como por ejemplo, las tarjetas gráficas en formato A3.
Una ordenación eficiente del espacio dentro del puesto de trabajo, al igual que en los locales de trabajo puede ayudar a desarrollar puestos de trabajo aceptables desde el punto de vista ergonómico, evitando que se presenten problemas de salud y seguridad.
Una ordenación eficiente del espacio no significa ahorrar espacio a costa de la usabilidad de los dispositivos de entrada y, en especial, de los dispositivos de visualización. El uso de mobiliario adicional, como una mesa giratoria o un soporte especial para el monitor, sujeto a la mesa, parece una buena forma de ganar espacio en la mesa; ahora bien, puede ser contraprodu- cente para la postura (al obligar a levantar los brazos) o la visión (al elevar la línea de visión a una altura menos relajada). Las estrategias de ahorro de espacio deberían garantizar que se mantiene una distancia visual adecuada (aproximadamente 600 mm a 800 mm), así como una línea de visión óptima, que se obtiene con una inclinación de aproximadamente 35º en relación con el plano horizontal (20º para la cabeza y 15º para los ojos).


Razones para vincular la salud ambiental y la salud en el trabajo (VIII)

En resumen, la salud en el trabajo y la salud ambiental están estrechamente ligadas por:

• el hecho de que la fuente de la amenaza para la salud suele ser la misma;
• sus metodologías comunes, especialmente en materia de evaluación de la salud y control de las exposiciones;
• la contribución aportada por la epidemiología del trabajo al conocimiento de los efectos de las exposiciones ambientales;
• los efectos de las enfermedades profesionales sobre el bienestar en el hogar y la comunidad, y, a la inversa, los efectos de las patologías ambientales sobre la productividad de los trabajadores;
• la necesidad científica de tener en cuenta las exposiciones
totales para determinar las relaciones dosis-respuesta;
• la eficiencia en el perfeccionamiento y aprovechamiento de los recursos humanos resultante de dicha vinculación;
• la mejora en las decisiones sobre control de las exposiciones derivada de esta visión más amplia;
• mayor coherencia a la hora de establecer las normas,
• el hecho de que vincular la salud ambiental y la salud en el trabajo es un incentivo más para rectificar los peligros a que están expuestas tanto la población laboral como la comunidad.
Aunque es deseable unir la salud en el trabajo y la salud ambiental, cada una de ellas tiene una orientación propia y específica que no debe perderse. La salud en el trabajo debe seguir centrándose en la salud de los trabajadores, y la salud ambiental atender a la salud del público general. Ahora bien, aunque es conveniente que los profesionales actúen estricta- mente en sólo uno de estos dos campos, comprender bien el otro incrementa la credibilidad, la base de conocimientos y la eficacia del empeño global. Este es el espíritu que anima la presentación del presente capítulo.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Distribución del espacio de trabajo. (I)

 La distribución espacial del equipo en el puesto de trabajo debería planificarse después de un análisis de la tarea que determine la importancia y la frecuencia de uso de cada elemento (Tabla 52.2). La pantalla de visualización que se utilice con más frecuencia debería situarse en el campo central de visión, es decir, en el área que aparece sombreada en la Figura 52.3, mientras que los controles más importantes y utilizados con más frecuencia, como el teclado, deberían situarse en la zona de alcance óptimo. En el lugar de trabajo representado mediante el análisis de la tarea (Tabla 52.2), el teclado y el ratón son, con gran diferencia, las piezas de equipo manejadas con más frecuencia y debe dárseles, por lo tanto, la mayor prioridad en el área de alcance. Los documentos que se consultan con frecuencia, pero que no requieren mucha manipu- lación, deben tener asignada una prioridad acorde con su impor- tancia (por ejemplo, para realizar correcciones a mano). Si se colocan a la derecha del teclado, podría solucionarse el problema, pero también podría crear un conflicto con el uso frecuente del ratón, situado también a la derecha del teclado. Puesto que la PVD no requiere una regulación frecuente, puede situarse a la derecha o a la izquierda del campo central de visión, lo que permite colocar los documentos en un soporte plano detrás del teclado. Se trata de una posible solución “optimizada”, aunque no perfecta.
Puesto que las dimensiones de muchos elementos del equipo son similares a las partes correspondientes del cuerpo humano, el uso de varios elementos para una sola tarea conllevará siempre algunos problemas. Tal vez también requieran algunos movimientos entre distintas zonas del puesto de trabajo, de ahí que un diseño como el que se muestra en la Figura 52.1 es importante para varios tipos de tareas.

Razones para vincular la salud ambiental y la salud en el trabajo (VII)

Del mismo modo que la comprensión de los efectos sobre la salud de diversas exposiciones perjudiciales ha partido muchas veces del lugar de trabajo, el efecto sobre la salud pública de las exposiciones ambientales a esos mismos agentes ha constituido un importante factor de estímulo para la limpieza tanto en el lugar de trabajo como en la comunidad de su entorno. Por ejemplo, el descubrimiento de elevados niveles de plomo en la sangre de los trabajadores por un higienista industrial en una fundición de plomo en Bahía, Brasil, llevó a que se investigara la presencia de plomo en la sangre de los niños de zonas residenciales próximas. La comprobación de que los niños también presentaban elevados niveles de plomo contribuyó considerable- mente a que la empresa adoptara medidas para reducir las expo- siciones en el lugar de trabajo así como las emisiones de plomo de la fábrica (Nogueira 1987), aunque las exposiciones profesionales siguen siendo notablemente más altas de lo que toleraría la comunidad general.
De hecho, las normas de salud ambiental suelen ser mucho más estrictas que las de salud en el trabajo. Tenemos un ejemplo de ello en los valores de referencia recomendados por la OMS para determinadas sustancias químicas. La diferencia suele justi- ficarse con el argumento de que la comunidad comprende poblaciones sensibles, como personas de edad avanzada, enfermos, niños pequeños y mujeres embarazadas, mientras que la población laboral goza al menos de una salud suficientemente buena para trabajar. También suele aducirse que el riesgo es más “aceptable” para una población laboral, pues son personas que se benefician de tener un empleo, y por consiguiente están más dispuestas a aceptar el riesgo. La cuestión de las normas o criterios suscita vivos debates de carácter político, ético y científico. Vincular la salud en el trabajo y la salud ambiental puede contribuir de forma positiva a resolver esas controversias. A este respecto, estrechar la relación entre los dos ámbitos puede redundar en una mayor coherencia a la hora de establecer las normas.
Probablemente inspiradas, al menos en parte, por el activo debate sobre medio ambiente y desarrollo sostenible propuesto por el Programa 21, muchas organizaciones de profesionales de la salud en el trabajo han cambiado su denominación por la de organizaciones de “salud en el trabajo y salud ambiental” como una forma de reconocer que sus miembros dedican cada vez más atención a los peligros para la salud de origen ambiental tanto dentro como fuera del lugar de trabajo. Además, como se señala en el capítulo dedicado a la ética, en el Código interna- cional de ética para los profesionales de salud en el trabajo se afirma que proteger el medio ambiente es una de las obliga- ciones éticas de dichos profesionales.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Tamaño y forma de la superficie de trabajo.

El tamaño y la forma de la superficie de trabajo están principalmente determi- nados por las tareas que se deben realizar y por el equipo nece- sario para ellas.
Para las tareas de entrada de datos, una superficie rectangular de 800 mm por 1200 mm proporciona suficiente espacio para colocar adecuadamente el equipo (PVD, teclado, documentos y atril) y para modificar su disposición de acuerdo con las necesi- dades personales. Tareas más complejas pueden requerir un espacio adicional. Así, el tamaño de la superficie de trabajo debería ser superior a 800 mm por 1.600 mm. La profundidad de la superficie debería permitir la colocación de la PVD, lo que significa que en el caso de una PVD con un tubo de rayos catódicos, por ejemplo, se necesitará una profundidad de hasta
1.000 mm.
En principio, el diseño propuesto en la Figura 52.1 proporciona la mayor flexibilidad para organizar el espacio de trabajo de diversas tareas. Con todo, no es fácil construir puestos de trabajo con este diseño; el que más se aproxima al diseño ideal es el que se muestra en la Figura 52.2. Tal diseño permite colocar una o dos PVD, dispositivos adicionales de entrada de datos, etc. El área mínima de la superficie de trabajo debería ser superior a 1,3 m2.

Razones para vincular la salud ambiental y la salud en el trabajo (VI)

Los problemas de salud derivados de los riesgos profesionales y ambientales son especialmente graves en los países en desa- rrollo, donde es menos probable que se apliquen métodos ya consolidados de control de los peligros a causa del limitado conocimiento de su existencia, la poca prioridad política concedida a las cuestiones de salud y medio ambiente, la escasez de recursos o la falta de sistemas adecuados de gestión de la salud ambiental y en el lugar de trabajo. En muchos lugares del mundo, la falta de recursos humanos con una formación adecuada representa un importante obstáculo para el control de los peligros de origen ambiental. Se ha documentado que los países en desarrollo padecen una grave escasez de expertos en salud en el trabajo (Noweir 1986). En 1985 un comité de expertos de la OMS llegó también a la conclusión de que había una necesidad urgente de personal capacitado en cuestiones de salud ambiental; y en el Programa 21, la estrategia internacio- nalmente acordada que adoptó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Naciones Unidas 1993), se identifica la capacitación (“creación de capa- cidad” nacional) como un elemento clave para la promoción de la salud humana por medio del desarrollo sostenible. Cuando los recursos son limitados, no es viable capacitar a un grupo de personas para que se ocupe de las cuestiones de salud en el lugar de trabajo y a otro grupo distinto para que aborde los peligros existentes más allá de las puertas de la fábrica.
Incluso en los países desarrollados se observa una tendencia clara a una utilización más eficiente de los recursos formando y empleando a profesionales en “salud en el trabajo y salud ambiental”. En la actualidad, las empresas deben buscar el modo de gestionar su actividad con lógica y eficiencia dentro de su marco empresarial de obligaciones, legislación y política financiera. Una forma de conseguir ese objetivo es combinar en un mismo ámbito la salud en el trabajo y la salud ambiental.
Al diseñar los lugares de trabajo y decidir la estrategias de control en materia de higiene industrial se han de tener en cuenta cuestiones ambientales de carácter general. Sustituir una sustancia por otra que no sea tan tóxica puede tener sentido desde el punto de vista de la salud en el trabajo, pero si esa nueva sustancia no es biodegradable o daña la capa de ozono no será una solución adecuada para controlar la exposición —lo único que se haría es trasladar el problema a otro sitio. El empleo de los clorofluorocarbonos, que hoy se utilizan mucho como refrigerantes en lugar del amoníaco, sustancia más peli- grosa, es el ejemplo clásico de lo que hoy sabemos que fue una sustitución inadecuada desde el punto de vista ambiental. Así pues, al vincular la salud en el trabajo y la salud ambiental se reduce el riesgo de adoptar decisiones erróneas en materia de control de las exposiciones.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Recomendaciones generales de diseño - Altura de las superficies de trabajo.

Si se utilizan superficies de trabajo con una altura fija, el espacio mínimo libre entre el suelo y el plano de trabajo debería ser superior a la suma de la altura poplítea (la distancia del suelo a la parte posterior de la rodilla) y la altura a los muslos (en posición sentada), más una cierta altura para el calzado (25 mm para los varones y 45 mm para las mujeres). Si el puesto de trabajo se diseña para un uso general, la altura poplítea y la altura a los muslos deberá seleccionarse para el percentil 95 de la población masculina. La altura resultante bajo la superficie será entonces de 690 mm para la población del norte de Europa y para la población norteamericana de origen europeo. Para otras poblaciones, la altura mínima deberá determinarse de acuerdo con las características antropométricas específicas de cada población.
Si se selecciona la altura del espacio para las piernas de esta manera, la superficie de trabajo resultará demasiado alta para una gran proporción de los posibles usuarios, y al menos un 30 % de estos usuarios necesitarán utilizar un reposapiés.
Si la altura de la superficie de trabajo es ajustable, el rango del ajuste puede calcularse a partir de las medidas antropomé- tricas de las usuarias mujeres (percentil 2,5 ó 5 para la altura mínima) y de los usuarios varones (percentil 95 ó 97,5 para la altura máxima). Por lo general, un puesto de trabajo con estas dimensiones se ajustará a una gran proporción de personas sin apenas cambios. El resultado de este cálculo es un rango de alturas entre 600 mm y 800 mm en países con una población de usuarios de una gran diversidad étnica. Debido a que pueden existir limitaciones técnicas y mecánicas para obtener un rango tan amplio, es posible obtener un buen ajuste combi- nando, por ejemplo, la regulación con equipos de distintos tamaños.
El grosor mínimo aceptable para la superficie de trabajo dependerá de las propiedades mecánicas del material. Desde el punto de vista técnico, es posible conseguir un grosor entre 14 mm (plástico resistente o metal) y 30 mm (madera).

Razones para vincular la salud ambiental y la salud en el trabajo (V)

En muchas ocasiones se han identificado peligros para la salud de origen ambiental a partir de observaciones de conse- cuencias adversas sobre la salud de los trabajadores, y es indudable que en el lugar de trabajo es donde mejor se comprende el efecto de las exposiciones industriales. La documentación de los efectos sobre la salud se realiza generalmente por una de las tres vías siguientes: experimentos con animales u otros experimentos de laboratorio (tanto sin seres humanos como con seres humanos bajo control), exposiciones accidentales de alto nivel o estudios epidemiológicos realizados tras dichas exposiciones. Para llevar a cabo un estudio epidemiológico es necesario poder determinar tanto la población expuesta como la naturaleza y el nivel de la exposición, así como comprobar el efecto perjudicial sobre la salud. Suele ser más fácil definir los miembros de una población laboral que los componentes de una comunidad, espe- cialmente en una comunidad muy cambiante; la naturaleza y el nivel de la exposición a que están sometidos los distintos miem- bros de la cohorte suelen estar más claros en una población laboral que en una comunidad; y los resultados de altos niveles de exposición son casi siempre más fáciles de delimitar que cambios más sutiles atribuibles a un bajo nivel de exposición. Aunque hay algunos ejemplos de exposición “fuera de fábrica” cercanos a las peores exposiciones en el lugar de trabajo (por ejemplo, la exposición al cadmio por la minería en China y Japón; las emisiones de plomo y cadmio procedentes de fundiciones en la Silesia superior, Polonia), la población laboral suele estar sometida a niveles de exposición mucho más altos que la comunidad de su entorno (OMS 1992).
Dado que los resultados negativos para la salud son más evidentes en los trabajadores, se ha utilizado la información sobre los efectos de la exposición en el trabajo a sustancias tóxicas (por ejemplo, a metales pesados como el plomo, el mercurio, el arsénico y el níquel, así como a carcinógenos muy conocidos como el amianto) para calcular el riesgo que presentan esos factores para la salud de la comunidad en general. En el caso del cadmio, por ejemplo, ya en 1942 empe- zaron a notificarse casos de osteomalacia con fracturas múltiples en trabajadores de una fábrica francesa que producía pilas alca- linas. Durante los decenios de 1950 y 1960, la intoxicación por cadmio se consideró una enfermedad estrictamente laboral. Sin embargo, los conocimientos obtenidos en el lugar de trabajo contribuyeron a que se reconociera que la osteomalacia y la enfermedad renal que se estaba observando en Japón por aquella época, la enfermedad de “Itai-itai”, se debían en realidad a la contaminación del arroz por regar los cultivos con agua contaminada por cadmio procedente de fuentes indus- triales (Kjellström 1986). Así pues, la epidemiología en el trabajo ha contribuido en gran medida al conocimiento de los efectos de la exposición ambiental, lo que constituye una razón más para vincular estos dos ámbitos.
A escala individual, la enfermedad profesional afecta al bienestar en el hogar y en la comunidad y, en general, una persona que tiene problemas de salud por insuficiencias en el hogar y en la comunidad no puede ser productiva en el lugar de trabajo. Desde un punto de vista estrictamente científico, para realizar una auténtica evaluación de efectos sobre la salud y establecer las relaciones dosis-respuesta es necesario tener en cuenta las exposiciones totales (ambientales más profesionales). Un ejemplo clásico es la exposición a plaguicidas: la exposición en el lugar de trabajo puede verse considerablemente incremen- tada por la exposición en el medio ambiente, a través de la contaminación de los alimentos y las fuentes de agua, y de la exposición no profesional transmitida por el aire. Tomando únicamente los episodios de más de 100 intoxicados por alimentos contaminados, la OMS (1990c) ha documentado más de 15.000 casos de afectados y 1.500 fallecidos debido a una intoxicación por plaguicidas. En un estudio realizado sobre cultivadores de algodón de Centroamérica que utilizaban plagui- cidas, no sólo muy pocos de los trabajadores tenían acceso a ropa protectora, sino que prácticamente todos vivían en un radio de 100 metros de los campos de algodón, muchos en viviendas temporales sin paredes que les protegieran de la vaporización aérea de los plaguicidas. Además, los trabajadores solían lavarse en canales de regadío que contenían residuos de plaguicidas, lo que incrementaba aún más la exposición (Michaels, Barrera y Gacharna 1985). Para comprender la relación existente entre la exposición a plaguicidas y cualquiera de los efectos sobre la salud notificados se han de tener en cuenta todas las fuentes de exposición. En consecuencia, la evaluación simultánea de la exposición en el lugar de trabajo y la exposición ambiental mejora la precisión de la misma en los dos ámbitos.