Durante los últimos 90 años de desarrollo industrial, las teorías sobre la iluminación de nuevos lugares de trabajo se han regido por la idea de que una mayor cantidad de luz mejora la visión, reduce el estrés y la fatiga, y aumenta el rendimiento. “Más luz”, o más correctamente, “más luz solar”, era el eslogan de la gente de Hamburgo, en Alemania, hace más de 60 años, cuando se lanzaron a la calle para pedir hogares mejores y más sanos. En algunos países, como Dinamarca o Alemania, los trabajadores tienen hoy derecho a pedir luz solar en sus lugares de trabajo. La introducción de la tecnología de la información y las primeras PVD en áreas de trabajo, fue probablemente el primer suceso que hizo que trabajadores y científicos comenzaran a quejarse de demasiada luz en las áreas de trabajo. La discusión se avivó por el hecho fácilmente detectable de que la mayoría de las PVD estaban equipadas con TRC, que tienen superficies curvas de cristal con una gran tendencia a mostrar reflejos. Tales disposi- tivos, a veces conocidos como “pantallas activas”, que pierden contraste cuando aumenta el nivel de iluminación ambiental. Ahora bien, no es fácil rediseñar la iluminación para reducir los problemas visuales causados por estos efectos, ya que la mayoría de los usuarios también utilizan fuentes de información en papel, que por lo general requieren un mayor nivel de iluminación ambiental para una buena visibilidad.
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