domingo, 1 de septiembre de 2013

Razones para vincular la salud ambiental y la salud en el trabajo (I)

La principal conexión existente entre el lugar de trabajo y el medio ambiente general es que la fuente de peligro suele ser la misma, ya se trate de una actividad agrícola o industrial. Para controlar el peligro sobre la salud, puede resultar eficaz en ambos casos un enfoque común. Así ocurre especialmente a la hora de elegir tecnologías químicas para la producción. Si se puede obtener un resultado o un producto aceptable con una sustancia química menos tóxica, la elección de dicha sustancia química puede reducir o incluso eliminar el riesgo para la salud. Un ejemplo es la utilización de pinturas al agua, más seguras, en vez de las que contienen disolventes orgánicos tóxicos. Otro es elegir, cuando es posible, métodos no químicos de lucha contra las plagas. De hecho, en muchos casos, sobre todo en el mundo en desarrollo, no hay separación entre el hogar y el lugar de trabajo, de modo que el entorno es en realidad el mismo.
Está ampliamente aceptado que los conocimientos científicos y la capacitación que se requieren para evaluar y controlar los peligros para la salud de origen ambiental son en su mayoría los mismos que se precisan para abordar los peligros para la salud en el lugar de trabajo. La toxicología, la epidemiología, la higiene en el trabajo, la ergonomía, la ingeniería de la seguridad —que son de hecho las disciplinas que se incluyen en la presente Enciclopedia— son los instrumentos básicos de la ciencia del medio ambiente. El proceso de evaluación y gestión de riesgos es también el mismo: identificación de los peligros, clasificación de los riesgos, evaluación de la exposición y estimación del riesgo. Los pasos siguientes son evaluar las opciones de control, controlar la exposición, dar a conocer el riesgo al público y establecer un programa continuo de vigilancia de la exposición y el riesgo. Así pues, la salud en el trabajo y la salud ambiental están estrechamente ligadas por metodologías comunes, especialmente en materia de evaluación de la salud y control de la exposición.
En muchas ocasiones se han identificado peligros para la salud de origen ambiental a partir de observaciones de consecuencias adversas sobre la salud de los trabajadores, y es indu- dable que en el lugar de trabajo es donde mejor se comprende el efecto de las exposiciones industriales. La documentación de los efectos sobre la salud se realiza generalmente por una de las tres vías siguientes: experimentos con animales u otros experimentos de laboratorio (tanto sin seres humanos como con seres humanos bajo control), exposiciones accidentales de alto nivel o estudios epidemiológicos realizados tras dichas exposiciones. Para llevar a cabo un estudio epidemiológico es necesario poder determinar tanto la población expuesta como la naturaleza y el nivel de la exposición, así como comprobar el efecto perjudicial sobre la salud. Suele ser más fácil definir los miembros de una población laboral que los componentes de una comunidad, espe- cialmente en una comunidad muy cambiante; la naturaleza y el nivel de la exposición a que están sometidos los distintos miem- bros de la cohorte suelen estar más claros en una población laboral que en una comunidad; y los resultados de altos niveles de exposición son casi siempre más fáciles de delimitar que cambios más sutiles atribuibles a un bajo nivel de exposición. Aunque hay algunos ejemplos de exposición “fuera de fábrica” cercanos a las peores exposiciones en el lugar de trabajo (por ejemplo, la exposición al cadmio por la minería en China y Japón; las emisiones de plomo y cadmio procedentes de fundi- ciones en la Silesia superior, Polonia), la población laboral suele estar sometida a niveles de exposición mucho más altos que la comunidad de su entorno (OMS 1992).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario