Debido a que no existen trabajos ni lugares de trabajo “perfectos”, libres de todos los estresores psicosociales y ergonó- micos, con frecuencia es preciso llegar a un compromiso cuando se intenta mejorar el lugar de trabajo. Los procesos de rediseño implican generalmente un “compromiso” entre unas condiciones excelentes de trabajo y la necesidad de tener una productividad aceptable. Ello requiere tiempo para pensar cómo conseguir el mejor “equilibrio” entre los beneficios positivos para la salud de los empleados y la productividad. Lamentablemente, puesto que existen tantos factores que pueden producir condiciones psicoso- ciales adversas generadoras de estrés, y puesto que estos factores están interrelacionados, las modificaciones de uno de los factores no necesariamente producen beneficios si no se realizan cambios concomitantes en los demás factores relacionados. En general, deberían considerarse dos aspectos del equilibrio: el equilibrio del sistema en su totalidad y el equilibrio compensatorio.
El equilibrio del sistema se basa en la idea de que el lugar de trabajo, los procesos o el trabajo es más que la suma de los componentes individuales del sistema. La interacción entre los diversos componentes produce resultados que son mayores (o menores) a la suma de las partes individuales y determina el potencial del sistema para producir resultados positivos. Por ello, las mejoras en el trabajo deben tenerlo en cuenta y adaptar el sistema de trabajo en su conjunto. Si una organización se centra exclusivamente en el componente tecnológico del sistema, se producirá un desequilibrio, ya que se habrán descuidado factores personales y psicosociales. El modelo del sistema de trabajo que se muestra en la Figura 52.9 puede utilizarse para identificar y entender las relaciones entre las exigencias del trabajo, los factores de diseño y el estrés, que deben estar equilibradas.
Debido a que pocas veces es posible eliminar todos los factores psicosociales que producen estrés, ya sea por motivos económicos o porque es imposible modificar aspectos inherentes a las tareas del trabajo, se utilizan técnicas de equilibrio compensatorio. El equilibrio compensatorio intenta reducir el estrés psicológico modificando aspectos del trabajo que pueden ser alterados en una dirección positiva para compensar otros aspectos que no pueden ser modificados. Existen cinco elementos del sistema de trabajo: la carga física, los ciclos de trabajo, el contenido del trabajo, el control y las relaciones entre los trabajadores, que actúan en conjunto para proporcionar los recursos necesarios para alcanzar los objetivos individuales y de la organización a través del equilibrio compensatorio. Aunque hemos descrito algunos de los atributos potencialmente nega- tivos de estos elementos en términos de estrés laboral, cada uno de ellos tiene también aspectos positivos que pueden neutra- lizar las influencias negativas. Por ejemplo, la falta de prepara- ción para utilizar la nueva tecnología puede compensarse mediante la formación de los empleados. El bajo contenido del trabajo, que genera repetitividad y monotonía puede ser equili- brado con una estructura jerárquica que promueva la participa- ción del empleado y el control sobre las tareas, y con la ampliación del trabajo que introduzca mayor diversidad de tareas. Las condiciones sociales del trabajo con PVD podrían mejorarse equilibrando las cargas que pueden producir estrés y considerando todos los elementos del trabajo y su potencial para causar o reducir estrés. La propia estructura de la organización podría ser adaptada para proporcionar trabajos enriquecidos que proporcionen apoyo al individuo. El aumento de los niveles de la plantilla, incrementando los niveles de responsabilidad compartida o los recursos financieros destinados al bienestar de los trabajadores son otras posibles soluciones.
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