Existen varios factores de la organización del trabajo claramente asociados con los problemas musculosqueléticos. Se describen con más detalle en otras secciones de este capítulo. Entre ellos están: la elevada presión de trabajo, la baja autonomía (es decir, poco nivel de control sobre el trabajo), la poca cohesión entre compañeros (es decir, poco apoyo de otros compañeros de trabajo), lo que signi- fica que los trabajadores no reciben ayuda de los demás en los momentos de mayor presión y poca diversidad del trabajo.
El único factor estudiado, y con el que se obtuvieron resultados muy variados, fue el número de horas de trabajo con un teclado (Tabla 52.8). En general, se observa que las causas de los problemas musculosqueléticos a nivel individual son multifactoriales. Los factores relacionados con el trabajo, en especial la organización del trabajo, pero también los factores biomecánicos, tienen un papel claro. Los factores específicos más importantes pueden variar de un lugar de trabajo a otro y entre una persona y otra, dependiendo de las circunstancias individuales. Por ejemplo, el uso generalizado de apoyos para las muñecas en un lugar de trabajo en el que los problemas principales son un nivel de presión muy elevado y poca variedad de tareas no es probable que sea una estrategia eficaz. Por otra parte, un trabajador con una carga de trabajo satisfactoria y una diversidad de tareas podría, a pesar de todo, presentar problemas si la PVD está colocada en un ángulo inadecuado.
La experiencia australiana, en donde la prevalencia de los problemas musculosqueléticos disminuyó a finales del decenio de 1980, puede resultar útil para indicar cómo pueden abordarse las causas de estos problemas. Aunque este proceso no se ha documen- tado ni se ha investigado detalladamente, es probable que hayan existido varios factores asociados con esta disminución de la preva- lencia. Uno de ellos ha sido la introducción generalizada de mobi- liario y equipos de diseño “ergonómico” en los lugares de trabajo. También se han mejorado las prácticas de trabajo a través de una multiplicidad de tareas y una reestructuración para reducir la presión y aumentar la autonomía y la variedad. Tales cambios estuvieron acompañados a menudo con la aplicación de una mayor igualdad de oportunidades de empleo y con estrategias de democracia industrial. Asimismo, se llevaron a cabo estra- tegias generalizadas de prevención y de intervención precoz. De una forma menos positiva, algunos lugares de trabajo parecen haber aumentado su dependencia en los trabajadores temporales para realizar los trabajos repetitivos de teclado. Ello significa que los problemas no estarían relacionados con la empresa, sino que serían responsabilidad exclusiva del trabajador. Además, la importante controversia originada alrededor de estos problemas ha ocasionado que se estigma- ticen, de forma que muchos trabajadores son ahora más renuentes a quejarse o a reclamar indemnizaciones cuando desarrollan algún síntoma. El problema se agudizó cuando algunos trabajadores comenzaron a perder los juicios enta- blados contra las empresas, rodeados de una gran publicidad. La reducción de los fondos para la investigación, la suspensión de publicaciones sobre la incidencia y prevalencia estadísticas y de publicaciones científicas sobre estos tras- tornos, así como la pérdida de interés de los medios de comu- nicación por estos problemas han hecho que parezca que el problema ha desaparecido.
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