viernes, 27 de diciembre de 2013

Estudio de caso: Virus transmitidos por mosquitos

La encefalitis y el dengue transmitidos por mosquitos constituyen destacados ejemplos de enfermedades de vectores cuya distribu- ción está limitada por el clima. Las epidemias de encefalitis de San Luis (SLE), que es la encefalitis arbovírica más frecuente en Estados Unidos, suelen producirse al sur de la isoterma de 22 C en el mes de junio, aunque en años de calor fuera de temporada se han registrado brotes más al norte. Los brotes de la enfermedad en los humanos están estrechamente relacionados con períodos de varios días en que la temperatura supera los 27 C (Shope 1990).
Estudios sobre el terreno acerca de la SLE indican que un incremento de la temperatura en 1 C acorta notablemente el tiempo transcurrido entre la absorción de sangre por el mosquito
y la replicación vírica suficiente para crear en el vector la capa- cidad de infectar, que es lo que se denomina período de incuba- ción extrínseca. Si a esto se suma el hecho de que la supervivencia del mosquito adulto se reduce a altas temperaturas, se estima que un incremento de la temperatura de 3 a 5 C provocaría un notable desplazamiento hacia el norte de los brotes de SLE (Reeves y cols. 1994).
La zona de distribución del mosquito que es vector primario del dengue (y la fiebre amarilla), el Aedes aegypti, se extiende hasta la latitud de 35, pues a temperaturas muy frías mueren tanto las larvas como los adultos. El dengue está muy extendido en el Caribe, América tropical, Oceanía, Asia, Africa y Australia. En los últimos 15 años las epidemias de dengue se han incre- mentado tanto en número de afectados como en gravedad, espe- cialmente en los centros urbanos de los trópicos. El dengue hemorrágico es hoy una de las principales causas de hospitaliza- ción y mortalidad infantil en Asia suroriental (Institute of Medi- cine 1992). La misma pauta de ascenso de la enfermedad que se observó en Asia hace 20 años se está produciendo hoy en América.
El cambio climático podría modificar la transmisión del dengue. En 1986 se comprobó en México que el factor que mejor predice la transmisión del dengue es la temperatura media durante la temporada de lluvias, cuadriplicándose el riesgo ajus- tado entre los 17 C y los 30 C (Koopman y cols. 1991). Estu- dios de laboratorio apoyan los datos obtenidos sobre el terreno. In vitro, el período de incubación extrínseca del virus del dengue de tipo 2 es de 12 días a 30 C y sólo de siete días entre 32 y 35 C (Watts y cols. 1987). El hecho de que la temperatura acorte el período de incubación en cinco días hace posible que la tasa de transmisión de la enfermedad se multiplique por tres (Koopman y cols. 1991). Por último, el aumento de la tempera- tura provoca la eclosión de adultos más pequeños, que han de picar con más frecuencia para desarrollar una puesta de huevos. En resumen, la ascenso de las temperaturas puede hacer que haya más mosquitos infecciosos y que piquen con más frecuencia
(Focks y cols. 1995).

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