martes, 3 de diciembre de 2013

Efectos del cambio en la temperatura y las precipitaciones sobre la salud

Morbilidad y mortalidad relacionadas con el calor Fisiológicamente, los humanos poseen una gran capacidad de termorregulación hasta determinado umbral de temperatura.

Unas condiciones climáticas que comprendan temperaturas superiores a dicho umbral mantenidas durante varios días consecutivos incrementan la mortalidad en la población. En las grandes ciudades, las deficiencias en la vivienda combinadas con el efecto urbano denominado “islote de calor” agravan aún más esas condiciones. En Shanghai, por ejemplo, ese efecto puede llegar a ser de hasta 6,5 C en una tarde de invierno sin viento
(IPCC 1990). Los fallecimientos relacionados con el calor se producen sobre todo en la población de edad avanzada y se atribuyen a trastornos cardiovasculares y respiratorios (Kilbourne 1989). Algunas variables meteorológicas clave contribuyen a la mortalidad relacionada con el calor, y la más impor- tante de ellas es una elevada temperatura durante la noche; se prevé que el efecto invernadero eleve especialmente estas tempe- raturas mínimas (Kalkstein y Smoyer 1993).
Se espera que las regiones templadas y polares se calienten de un modo desproporcionadamente mayor que las zonas tropicales y subtropicales (IPCC 1990). Sobre la base de las predicciones de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA), las temperaturas estivales medias en Nueva York y San Luis, por ejemplo, ascenderían en 3,1 y 3,9 C respectivamente si se duplicara el CO2 ambiental. Aun ajustando esas cifras para tener en cuenta la aclimatación fisiológica, la mortalidad estival anual en ciudades templadas como las citadas podría multiplicarse por más de cuatro (Kalks- tein y Smoyer 1993).
La química atmosférica es un factor importante de la formación de la bruma fotoquímica urbana, en virtud de la cual la fotodescomposición del NO2
nicos volátiles tiene como en presencia de compuestos orgátroposférico (a nivel del suelo). Tanto la mayor radiación UV ambiental como unas temperaturas más altas propiciarían aún más esas reacciones. Son bien conocidas las perjudiciales conse- cuencias para la salud de la contaminación del aire y, si se siguen utilizando combustibles fósiles, aumentarán los efectos agudos y crónicos sobre la salud (véase en este capítulo “La contamina- ción del aire”).



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