Históricamente, las plantas terrestres no pudieron establecerse hasta que se formó la capa protectora de ozono, pues la UVB inhibe la fotosíntesis (PNUMA 1991a). El debilitamiento de los cultivos alimentarios que pueden resultar dañados por la UVB podría incrementar aún más las repercusiones sobre la agricultura debidas al cambio climático y la elevación del nivel del mar.
El fitoplancton está en la base de la cadena alimentaria marina y actúa también como importante “sumidero” de dióxido de carbono. El daño de la UV a esas algas en las regiones polares afectaría negativamente a la cadena alimentaria marina y agravaría el efecto invernadero. El PNUMA estima que una pérdida de fitoplancton marino del 10 % limi- taría la absorción anual de CO2 por los océanos en cinco gigato- neladas, lo que equivale a las emisiones antropogénicas anuales derivadas de la combustión de combustibles fósiles (PNUMA 1991a).
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