sábado, 31 de agosto de 2013

CONEXIONES ENTRE LA SALUD AMBIENTAL Y LA SALUD EN EL TRABAJO

El desarrollo, y en particular la industrialización, han contribuido de forma extremadamente positiva a la salud, así como a una mayor prosperidad personal y social, y a una enorme mejora de los servicios de salud y educación, los transportes y las comunica- ciones. Es indudable que, a escala mundial, la gente vive más y tiene un estado de salud mejor que hace siglos o incluso decenios. Ahora bien, la industrialización ha tenido también consecuencias negativas para la salud, y no sólo para los trabajadores, sino para la población en general. Esos efectos se derivan directamente de la exposición a peligros para la seguridad y a agentes perjudi- ciales, o indirectamente del deterioro del medio ambiente local y mundial (véase en este capítulo “La contaminación industrial en los países en desarrollo”).
En el presente artículo se esboza la naturaleza de los peligros para la salud de origen ambiental y las razones que justifican el establecimiento de una relación entre salud ambiental y salud en el trabajo.
Del mismo modo que los peligros derivados del trabajo, los peligros para la salud de origen ambiental pueden ser de carácter biológico, físico, biomecánico o psicosocial. Entre ellos se incluyen factores tradicionales como las deficiencias de sanea- miento y vivienda, y la contaminación agrícola e industrial del aire, del agua, de los alimentos y del suelo. Estos peligros tienen gran cantidad de efectos sobre la salud, que pueden ser directos y catastróficos (por ejemplo, la reciente epidemia de cólera en América Latina y el episodio de intoxicación química en Bhopal, India), crónicos (por ejemplo, en Minamata, Japón) o sutiles e indirectos, discutidos incluso (por ejemplo, en Love Canal.

Estados Unidos). En la Tabla 53.1 se resumen algunas de las catástrofes más célebres de los últimos 50 años que han provo- cado episodios de “enfermedad de origen ambiental”, pero es innegable que hay muchísimos otros ejemplos de este tipo, algunos de ellos no fácilmente detectables a nivel macroestadís- tico. Entre tanto, más de 1.000 millones de personas en el mundo carecen de acceso al agua potable (OMS 1992b), y más de 600 millones están expuestas a niveles ambientales de dióxido de azufre que superan en mucho los límites recomendados. Además, la presión sobre la agricultura y la producción de alimentos derivadas del incremento de la población y de la demanda “per cápita” conducirán probablemente a una mayor carga sobre el medio ambiente (véase en este capítulo “La alimentación y la agricultura”). Así pues, los efectos sobre la salud de origen ambiental comprenden los efectos nocivos indi- rectos de la industria sobre una alimentación y vivienda adecuadas y el deterioro de los sistemas mundiales de que depende la salud del planeta.
En muchos países, la agricultura a gran escala y el correspon- diente uso intensivo de plaguicidas tóxicos representa un impor- tante peligro para la salud tanto de los trabajadores como de sus familias. La contaminación por fertilizantes o desechos bioló- gicos procedentes de la industria alimentaria, la industria del papel y otros sectores industriales puede tener también efectos perjudiciales sobre los cursos de agua, con la consiguiente reduc- ción de la pesca y del suministro de alimentos. Es posible quienes se dedican a la pesca y a la recolección de otros productos marinos tengan que desplazarse largas distancias para obtener su captura diaria, con el incremento del riesgo de naufragio y de otras desgracias. Otro tipo de riesgo para la salud de origen ambiental es la difusión de enfermedades tropicales por los cambios ambientales asociados a avances como la cons- trucción de presas, carreteras y otras infraestructuras. Una nueva presa puede crear un terreno abonado para la esquistoso- miasis, enfermedad debilitadora que afecta a los cultivadores de arroz, que han de andar por el agua. Una nueva carretera puede facilitar la rápida comunicación entre una zona con malaria endémica y otra que hasta ese momento se había visto libre de la enfermedad.
Hay que señalar que el factor más importante para un medio ambiente nocivo, ya sea en el lugar de trabajo o en general, es la pobreza. Entre las amenazas para la salud tradicionales de los países en desarrollo o de los sectores pobres de cualquier país figuran la escasez de saneamiento, de suministro de agua y de alimentos, que contribuyen a la propagación de enfermedades transmisibles, y la mala calidad de la vivienda, con una elevada exposición al humo de cocinar y un elevado riesgo de incendios, así como el alto riesgo de accidentes en la agricultura a pequeña escala o en las pequeñas industrias rurales. La reducción de la pobreza y la mejora de las condiciones de vida y de trabajo constituyen una prioridad fundamental a la hora de mejorar la salud en el trabajo y la salud ambiental de miles de millones de personas. A pesar de los esfuerzos realizados en materia de conservación de la energía y desarrollo sostenible, la falta de tratamiento de las desigualdades subyacentes en la distribución de la riqueza representa una amenaza para el ecosistema mundial. Los bosques, por ejemplo, que constituyen la culmina- ción de sucesivos procesos ecológicos, se están destruyendo a un ritmo alarmante debido a la tala comercial y al desmonte por poblaciones empobrecidas que buscan suelo para la agricultura
y leña. Entre los efectos de la despoblación forestal cabe destacar la erosión de los suelos, que en su versión extrema puede llevar a la desertización. Una consecuencia importante de este proceso es la pérdida de diversidad biológica (véase en este capítulo “La extinción de especies, la pérdida de diversidad biológica y la salud humana”). Se estima que una tercera parte de las emisiones totales de dióxido de carbono procede de la quema de bosques tropicales (la importancia del dióxido de carbono como factor de calentamiento de la Tierra se examina en otra parte de este capítulo, “El cambio climático mundial y el agotamiento del ozono”). Resulta, pues, imprescindible abordar el problema de la pobreza al tratar de la salud ambiental mundial y del bienestar de los individuos, las comunidades y las regiones.

viernes, 30 de agosto de 2013

Directriz 4: Mantenimiento - adaptabilidad.

El diseño del puesto de trabajo debería tener en cuenta factores como el mantenimiento, la accesibilidad y la capacidad del puesto de trabajo para ajustarse al cambio en las necesidades, como por ejemplo, la posibilidad de desplazar el equipo de trabajo si es necesario realizar una tarea distinta. Las publicaciones ergonórecomendación, debido a que se considera que los problemas relacionados con dichos factores han sido resueltos antes de que los usuarios comiencen a trabajar en el puesto de trabajo. En la realidad, sin embargo, ocurre que el puesto de trabajo cambia constantemente y en general, los espacios abarrotados, parcial o totalmente inadecuados para las tareas que hay que realizar, no suelen ser el resultado del proceso de diseño inicial, sino el resul- tado de cambios posteriores.

jueves, 29 de agosto de 2013

Directriz 3: Cambio de postura.

El diseño del puesto de trabajo debería favorecer el movimiento, ya que la carga muscular estática produce fatiga e incomodidad y puede llegar a producir problemas musculosqueléticos crónicos. Una silla que permita mover fácilmente la parte superior del cuerpo, contar con espacio suficiente para colocar y utilizar los documentos en papel, así como para colocar el teclado en distintas posiciones durante el día, son estrategias típicas para favorecer el movi- miento del cuerpo cuando se trabaja con una PVD.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Directrices de diseño

El diseño del puesto de trabajo y la selección del equipo debería considerar no sólo las necesidades del usuario para una tarea determinada y la diversidad de tareas que el usuario deberá realizar durante la vida relativamente larga del equipo (unos 15 años o más), sino también los factores relativos al mantenimiento o al cambio de equipo. La norma ISO 9241, en su parte 5, introduce cuatro principios generales de aplicación al diseño del puesto de trabajo:

Directriz 1: Versatilidad y flexibilidad. El puesto de trabajo debería permitir al usuario realizar distintas tareas de forma cómoda y eficiente. En esta directriz se tiene en cuenta el hecho de que las tareas de los usuarios suelen variar, lo que reduce las posibilidades de aplicar de forma generalizada las directrices al lugar de trabajo.

Directriz 2: Adaptabilidad. El diseño de un puesto de trabajo y de sus componentes debe garantizar su “adaptabilidad” a distintos usuarios y a diversos requisitos de las tareas. El concepto de adaptabilidad se refiere al grado en que el mobiliario y el equipo se ajustan a las diferentes necesidades de un usuario individual, es decir, si siguen siendo confortables y no producen molestias visuales o tensión postural. Si no se trata de un puesto de trabajo diseñado para una población específica de usuarios, por ejemplo, operadores de salas de control varones europeos menores de 40 años, el concepto de puesto de trabajo debería poderse adaptar a toda la población trabajadora, incluidos los usuarios con necesidades especiales, como por ejemplo, personas discapacitadas. La mayoría de las normas existentes para el mobi- liario o para el diseño de los puestos de trabajo sólo tienen en consideración a una fracción de la población trabajadora (por ejemplo, a trabajadores “sanos” entre los percentiles 5 y 95, entre 16 y 60 años de edad, considerados en la norma alemana DIN 33 402), y se olvidan de aquellas personas que necesitan una mayor atención. Además, aunque algunas prácticas de diseño aún se basen en la idea del usuario “medio”, es necesario poner un mayor énfasis en la adaptabilidad individual. En relación con el mobiliario del puesto de trabajo, la adaptabilidad necesaria puede lograrse mediante un mobiliario regulable, diseñando distintos tamaños, o incluso mediante un equipo hecho a la medida del usuario. Garantizar una buena adaptabilidad es esen- cial para la salud y la seguridad de cada uno de los usuarios, ya que los problemas musculosqueléticos asociados con el uso de PVD son frecuentes e importantes.

martes, 27 de agosto de 2013

Diseño de los puestos de trabajo

Puestos de trabajo con pantallas de visualización de datos
Las pantallas con imágenes generadas electrónicamente (pantallas de visualización de datos o PVD) representan el elemento más característico del equipo de trabajo informatizado, tanto en el lugar de trabajo como en la vida privada. Un puesto de trabajo puede estar diseñado para incluir, como mínimo, una PVD y un dispositivo de entrada de datos (por lo general un teclado), también es posible que incluya el espacio necesario para un equipo técnico adicional, como varias pantallas y dispositivos de entrada y salida de datos, etc. Hace pocos años, a principios del decenio de 1980, la entrada de datos era la tarea más habitual de los usuarios de ordenadores. Sin embargo, en muchos países industrializados, sólo un número relativamente pequeño de usua- rios realiza actualmente este tipo de trabajo. Cada vez más, periodistas, directivos e incluso ejecutivos se convierten en “usua- rios de PVD”.
La mayor parte de los puestos de trabajo con PVD están diseñados para un trabajo sedentario; pero, el trabajar de pie podría ofrecer ciertas ventajas a los usuarios. Por ello, es necesario contar con directrices de diseño generales que puedan aplicarse a los puestos de trabajo sencillos y complejos, empleados tanto en posición sentada como de pie. A continuación se exponen tales directrices y su aplicación a algunos puestos de trabajo típicos.

lunes, 26 de agosto de 2013

PANTALLAS DE VISUALIZACION DE DATOS IV

Los siguientes seis apartados tratan sobre los problemas de salud estudiados en respuesta a las preocupaciones manifestadas por lo operadores de PVD. Se hace una revisión de la literatura científica relevante y se resalta la importancia y las limitaciones
de los resultados obtenidos. La investigación en este campo abarca varias disciplinas, como la epidemiología, la ergonomía, la medicina, la ingeniería, la psicología, la física y la sociología. Debido a la complejidad de los problemas y en particular, a su naturaleza multifactorial, con frecuencia han sido equipos multidisciplinarios quienes han llevado a cabo las investigaciones. Desde el decenio de 1980, estos trabajos de investigación se han complementado con la organización regular de congresos inter- nacionales, como Human-Computer Interaction y Work with Display Units, que proporcionan una oportunidad para el intercambio de información y para difundir los resultados de los estudios entre los investigadores y diseñadores, productores e usuarios de PVD. El octavo apartado trata específicamente de la interacción ordenador/hombre y presenta los principios y los métodos subyacentes al desarrollo y la evaluación de las herramientas de interfaz. Este artículo resultará útil no sólo para el personal de producción, sino también para aquellos que estén interesados en los criterios utilizados para seleccionar las herramientas de interfaz.
Por último, en el noveno apartado se revisan las normas internacionales en materia de ergonomía hasta 1995, en relación con el diseño y la disposición de los puestos de trabajo informatizados. El objetivo de la elaboración de estas normas es reducir los riesgos a los que están expuestos los operadores de PVD durante el ejercicio de su trabajo. Las normas proporcionan directrices para las empresas que producen los componentes de las PVD, para los empresarios responsables de la compra y el diseño de los puestos de trabajo y para los empleados con responsabilidades en la toma de decisiones. Además, pueden resultar herramientas útiles para evaluar los puestos de trabajo existentes e identificar las modificaciones necesarias para opti- mizar las condiciones de trabajo de los operadores.

domingo, 25 de agosto de 2013

PANTALLAS DE VISUALIZACION DE DATOS III

Pronto se hizo evidente que los efectos sobre la salud obser- vados en los operadores de PVD dependían, no sólo de las características de la pantalla y del diseño del puesto de trabajo, sino también de la naturaleza y estructura de las tareas, de la organización del trabajo y de la forma en que se había introdu- cido la tecnología (OIT 1989). Varios estudios han mostrado una mayor prevalencia de síntomas entre las mujeres operadoras de PVD que entre los varones. Según estudios recientes, esta diferencia, más que a una diferencia biológica real, se debe prin- cipalmente a que las mujeres suelen tener menos control sobre su trabajo que los operadores varones. Se piensa que esta falta de control puede producir niveles de estrés más elevados, que producen, a su vez, una mayor prevalencia de síntomas en las mujeres operadoras de PVD.
El uso generalizado de las PVD comenzó en el sector terciario, fundamentalmente en el trabajo de oficina y, más espe- cíficamente, en la entrada de datos y en el tratamiento de textos. No es de extrañar, por tanto, que la mayor parte de los estudios sobre PVD se hayan centrado en los trabajadores de oficinas. En los países industrializados el uso de los equipos informáticos se ha extendido, con todo, a los sectores primario y secundario. Además, aunque inicialmente eran los trabajadores del área de producción quienes utilizaban casi exclusivamente las PVD, actualmente su uso se ha extendido a todos los niveles organizativos. En los últimos años, por lo tanto, los investiga- dores han comenzado a estudiar una mayor diversidad de usua- rios de PVD, en un intento por suplir la falta de información científica adecuada para estas situaciones.
La mayoría de los puestos de trabajo informatizados están equipados con una PVD y un teclado o ratón que permite trans- mitir la información y las instrucciones al ordenador. El software media el intercambio de información entre el operador y el equipo y define el formato en el que se presenta la información en la pantalla. Con el fin de determinar los posibles riesgos asociados con el uso de las PVD, es necesario conocer, en primer lugar, no sólo las características de la PVD, sino también de los demás componentes del entorno de trabajo. En 1979, Çakir, Hart y Stewart publicaron el primer análisis completo en este campo.
Resulta útil considerar el hardware utilizado por los operadores de PVD como un conjunto de componentes que interac- túan entre sí (IRSST 1984). Los componentes son el propio

terminal, el puesto de trabajo (incluidas las herramientas de trabajo y el mobiliario), la sala en la que se desarrolla la acti- vidad y la iluminación. El segundo apartado de este capítulo trata sobre las características principales de los puestos de trabajo y su iluminación y ofrece una serie de recomendaciones que tienen como objetivo optimizar las condiciones de trabajo, considerando tanto las variaciones individuales, como la diversidad de tareas y organizaciones del trabajo. Se hace énfasis en la importancia de elegir un equipo y un mobiliario adecuado que permita una disposición flexible. Esta flexibilidad es esencial si se tiene en cuenta que los niveles de competitividad internacionales y la rápida evolución del desarrollo tecnológico obligan a las empresas a realizar continuas innovaciones y a adaptarse a los cambios que éstas conllevan.

sábado, 24 de agosto de 2013

PANTALLAS DE VISUALIZACION DE DATOS II

En 1986 el número de ordenadores en uso en todo el mundo ascendía a 66 millones. Tres años más tarde superaba los
100 millones, y en 1997 se calcula que la cifra oscilaba entre 275 y 300 millones, que para el año 2000 alcanzará los 400 millones. Son predicciones basadas en un uso cada vez más amplio de las capacidades multimedia, las autopistas de la información y las tecnologías de reconocimiento de voz y de realidad virtual. Los autores del Almanac estiman que en un plazo de diez años a partir de la publicación del artículo, la mayoría de los televisores estarán equipados con ordenadores personales con el fin de simplificar el acceso a las autopistas de la información.
Según el Almanac, la relación entre ordenadores totales y autores del Almanac estiman que en un plazo de diez años a población en 43 países de los cinco continentes era, en 1993, del 3,1 %. Cabe señalar, sin embargo, que el único país africano incluido en este cálculo fue Sudáfrica y el único país latinoamericano de Norte y Centroamérica, México. Como indican las estadísticas, existe una gran variación a nivel internacional en el grado de informatización, y la relación ordenadores:población va desde el 0,07 % al 28,7 %.
La relación entre ordenadores y población en los países en desarrollo, que no supera el 1 %, da idea del bajo nivel general de informatización existente en estos países (Tabla 52.1) (Juliussen y Petska-Juliussen 1994). En ellos, no sólo se producen pocos equipos y poco software, sino que la falta de recursos económicos les impide, en muchos casos, importar estos productos. Además, sus rudimentarios servicios telefónicos y eléctricos representan, a menudo, una barrera para un uso más extendido de los medios informáticos. Por último, la falta de un software lingüística y culturalmente adecuado y la falta de oportunidades de formación en los campos relacionados con la infor- mática representan, por lo general, un problema adicional (Young 1993).
La informatización ha aumentado significativamente en los países de la antigua Unión Soviética desde el final de la Guerra Fría. Se calcula, por ejemplo, que la Federación Rusa ha aumentado su reserva de ordenadores de 0,3 millones en 1989 a 1,2 millones en 1993.
La mayor concentración de ordenadores se encuentra en los países industrializados, especialmente en Norteamérica, Austra- lia, los países Escandinavos y Gran Bretaña (Juliussen y PetskaJuliussen 1994) y ha sido principalmente en estos países donde han surgido los primeros informes relacionados con la preocupación de los operadores de las pantallas de visualización de datos
(PVD) por los riesgos para la salud detectados, y en donde se han realizado los primeros estudios para determinar la preva- lencia de los efectos sobre la salud e identificar los factores de riesgo. Los problemas de salud estudiados se hallaban en las siguientes categorías: problemas visuales y oculares, problemas musculosqueléticos, problemas de la piel, problemas reproduc- tivos y estrés.

viernes, 23 de agosto de 2013

PANTALLAS DE VISUALIZACION DE DATOS

Las nuevas tecnologías de la información se están introduciendo, en distintos grados, en todos los sectores industriales. En algunos casos, el coste de informatizar los procesos de producción puede suponer una traba para la innovación, especialmente en las empresas pequeñas o de tamaño medio, o en los países en desarrollo. Los ordenadores permiten recopilar, almacenar, procesar y distribuir rápidamente grandes cantidades de información. Además, al conectarlos en red sus capacidades aumentan nota- blemente, ya que es posible compartir los recursos (Young 1993). La influencia de la informatización sobre la naturaleza del empleo y las condiciones de trabajo es notable. Desde mediados del decenio de 1980, resultó evidente que la informatización del lugar de trabajo produciría cambios en la estructura de las tareas y en la organización del trabajo y, por extensión, en los requisitos del trabajo, en la planificación de las oportunidades de trabajo y en el estrés que padece el personal de producción y de gestión. La informatización puede beneficiar o perjudicar la salud y la seguridad en el trabajo. En algunos casos, la introducción de los ordenadores ha hecho más interesante el trabajo y ha producido mejoras en el medio ambiente de trabajo, al mismo tiempo que ha reducido la carga de trabajo. Ahora bien, en otros, la innovación tecnológica ha originado un aumento de la repetitividad e intensidad de las tareas, una reducción del margen de iniciativa individual y el aislamiento del trabajador. Además, se sabe que varias empresas han aumentado el número de turnos para así obtener el máximo beneficio económico de su inversión financiera (OIT 1984).
Hasta donde sabemos, en 1994 sólo existía una fuente de estadísticas sobre el uso de los ordenadores en todo el mundo: The Computer Industry Almanac (Juliussen y Petska-Juliussen 1994). Es una publicación donde, además de datos estadísticos sobre la distribución internacional actual del uso de los ordenadores, se encuentran los resultados de análisis prospectivos y retrospec- tivos. Las cifras que se muestran en la última edición indican que el número de ordenadores aumenta de forma exponencial, con un aumento especialmente importante a principios del decenio de 1980, cuando comenzó a popularizarse el uso de los ordenadores personales. Desde 1987 la capacidad total de procesamiento informático, cuantificada en millones de instruc- ciones por segundo (MIPS), ha aumentado 14 veces, gracias al desarrollo de nuevos microprocesadores (componentes transis- tores de los microordenadores que realizan cálculos aritméticos y lógicos). A finales de 1993, la capacidad informática total alcanzaba los 357 millones de MIPS.
Por desgracia, las estadísticas disponibles no permiten distinguir entre los ordenadores utilizados para trabajar y los utili- zados para fines personales. Además, algunos sectores industriales carecen de datos estadísticos, lo cual se debe proba- blemente a problemas metodológicos para la obtención de información válida y fiable. Ahora bien, los informes de los comités sectoriales tripartitos de la Organización Internacional del Trabajo ofrecen información completa y relevante sobre la naturaleza y el nivel de implantación de las nuevas tecnologías en diversos sectores industriales.